“Sean claros, señores; el poder no es una excusa para llenarse los bolsillos”.
✍?REALIDAD A SORBOS | Eric Ordóñez
Recuerdo las palabras firmes y sin adornos de María Félix, que me resuenan cada vez que veo a los políticos en pantalla: “ya estamos”, “ya llegamos”, dicen. ¿Pero dónde están en realidad? Chiapas parece sumido en una “promesa perfecta”, esa frase que lanzan para que la gente sienta que hay avance, pero ¿de qué sirve repetirla si al final sigue siendo una ilusión? Vivimos rodeados de esas afirmaciones donde el poder se despliega frente a las cámaras, pero sin que haya un cambio tangible.
LA POLÍTICA COMO ESCENARIO DE APARIENCIAS
María Félix solía decir que no todos los que aparentan poder realmente lo tienen. Al ver los titulares recientes sobre reuniones estratégicas de Morena para “asegurar el futuro”, resulta inevitable preguntarse si ese poder es genuino o sólo otra escena montada. Mientras se planifican afiliaciones y se escogen a los nuevos cuadros, uno se cuestiona: ¿es esto una estructura para servir o solo para consolidarse? Hay algo teatral en esta escena política, un despliegue de apariencias que busca afianzar al partido como “la primera fuerza en Chiapas”, aunque aún no está claro si eso implica un verdadero compromiso con el bienestar de los chiapanecos.
LA AUDACIA DE LO CLARO Y LO TRANSPARENTE
En una reciente nota, el escándalo de presunto peculado en el sector salud deja al descubierto otra faceta de esta administración que se anuncia perfecta. Más de seis millones de pesos desviados, según las investigaciones. Es entonces cuando recuerdo cómo María Félix defendía la honestidad sin adornos, y me pregunto si no le diría a estos funcionarios algo parecido a “sean claros, señores; el poder no es una excusa para llenarse los bolsillos”. Porque eso es lo que se necesita ahora: menos promesas y más claridad en la política. Para la gente, los recursos públicos son sagrados y tienen un propósito que no se ha cumplido en estos casos, dejando a Chiapas en una espiral de desconfianza y falta de certeza.
¿PUEDE LA NUEVA ERA SER DIFERENTE?
Ramírez Aguilar se reunió con Luisa Alcalde con el firme propósito, según sus palabras, de “construir la política electoral todos los días”. María Félix decía que el respeto no se compra ni se impone, sino que se gana. La pregunta es si este esfuerzo, que Ramírez bautiza como una “Nueva ERA”, podrá traducirse en algo más que afiliaciones y estrategias de partido. El reto será que esa constancia sea visible y efectiva para el bien común. La gente necesita ver que la política es una herramienta de transformación real, no solo un mecanismo de control y poder. Es en estos momentos, en medio de un clima de desconfianza donde “corrupción” se convierte en una palabra recurrente, que la Nueva ERA tiene una oportunidad única: demostrar que, más allá de discursos, existe un compromiso verdadero con Chiapas y que el poder no es un fin, sino un medio para lograr un cambio palpable.
EL PODER DE LA INDEPENDENCIA REAL
Si algo valoraba María Félix era la independencia, y más de uno recordará su voz cuando decía que el poder verdadero no depende de otros. Hoy, en Chiapas, muchos políticos parecen depender de su afiliación más que de su propio compromiso. Porque el poder real no está en los encuentros en oficinas, sino en los compromisos adquiridos por quienes están en la posición de cambiar algo. Esa independencia de la que hablaba María Félix, esa que permite actuar con dignidad y conciencia, es la que necesitamos. No políticos que se inclinen ante las alianzas de moda, sino líderes que busquen el bienestar de su gente por encima de los intereses partidistas.
¿ESTAMOS CONSTRUYENDO EL PODER O EL FUTURO DE CHIAPAS?
“La política electoral se construye todos los días”, dicen. Pero Chiapas necesita una construcción que va más allá del poder; necesita una construcción de futuro, una estructura que nos lleve a vivir mejor. Esta promesa de ser “la primera fuerza” sólo será significativa si trae consigo una diferencia real para quienes habitan en esta tierra. María Félix solía decir que, para triunfar, uno no sólo necesita talento, sino carácter. ¿Es eso lo que estamos viendo? ¿O seguimos en la ilusión de que el poder lo resuelve todo? Tal vez, como diría la propia María, solo estamos viendo una fachada bien pulida.
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