China se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de México y el primero entre los países de Asia-Pacífico.
BALANZA LEGAL | Rodolfo L. Chanona
El pasado viernes 22 de noviembre, la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo, dio a conocer desde su conferencia de prensa en cabezada en el Palacio Nacional que, la Secretaría de Hacienda y de Economía trabajan en un plan, a modo de poder sustituir las importaciones procedentes de China.
Esta postura se da, en el marco de la próxima negociación del T-MEC que será discutido el próximo año, y ante las presiones de Canadá para excluir a México del tratado, bajo el argumento de la relación existente de nuestro país con China y la acusación del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump de que, México triangula por su frontera el comercio asiático.
Claudia Sheinbaum, no señaló cuando sería presentado este plan o que estrategia se pretende seguir para la sustitución de los productos procedentes de dicha nación que, se ha convertido en una potencia comercial, ante las políticas económicas de mercado implementadas en los últimos 50 años.
Es importante remarcar que el plan de sustitución de importaciones que anuncia Sheinbaum, consiste en la disminución de la dependencia de abastecimiento de los productos importados de Asia, particularmente de China y el aumento de las ofertas regionales.
Sin embargo, lo declarado por la presidenta de la república no es nuevo, toda vez que, esta iniciativa de Sustitución de Importaciones, fue acordada entre los tres líderes de la región de América del Norte, en la X cumbre celebrada al inicio del año 2023, siendo aún presidente Andrés Manuel López Obrador.
China se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de México y el primero entre los países de Asia-Pacífico, siendo la segunda fuente de importaciones y el tercer destino de las exportaciones mexicanas; elevando su relevancia como país de origen de inversiones directas en México en materia de tecnologías, financiamiento y turismo.
Las crecientes importaciones mexicanas provenientes de China, en los últimos años, se han concentrado principalmente en maquinaria y equipo electrónico y sus partes, reproductores de audio y sonido, reactores nucleares, calentadores, equipo mecánico.
Por otro lado, la economía china, ha venido demandando, la compra de bienes primarios o de productos como los minerales, vehículos y sus partes; así como, la importación de algunos productos mexicanos manufacturados, como maquinaria eléctrica, calentadores, cobre, artículos de plástico, fotografía, óptica, pescado, moluscos, desechos de la industria alimentaria, caucho entre otros.
Las relaciones bilaterales entre México y China, se concretaron hace medio siglo, con el establecimiento de relaciones diplomáticas en 1972, no obstante en el aspecto comercial, se ha venido fortaleciendo en la última década, con la suscripción del acuerdo de Asociación Estratégica Integral México-China con el gobierno chino en el año 2013, siendo presidente de la república en ese entonces Enrique Peña Nieto, generando que se duplicara el nivel comercial entre estos dos países; convirtiéndose en un factor clave en el desarrollo de varios sectores como, el político, económico, cultural, diplomático, científico-tecnológico, educativo y social, aunque la asociación México-China, ha sido asimetrica, toda vez que, México mantiene un déficit comercial con respecto a China.
En opinión de Xuedong, L. (2024), Profesor de Carrera inscrito en la División de Posgrados e Investigación, Facultad de Estudios Superiores, Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México, los intercambios comerciales que realiza México con sus dos principales socios, han registrado una relación interdependiente, pues los productos procedentes del país asiático han sido incorporados en su mayoría en las plantas productivas locales, consecuentemente, mejorando su capacidad exportadora hacia el resto del mundo particularmente a su vecino del norte.
No obstante, ante la llegada de Donald Trump a la presidecia del país vecino y las preciones de Canadá de excluir a nuestro país, se pretende convertir en trinchera a México de estas dos potencias comerciales.
En el caso de México, no sería la primera vez que, se enfrentaría a un proceso de sustitución de importaciones, ya lo vivió en las décadas de 1940 a 1970, en donde se buscó un modelo de desarrollo, basado en la estabilidad en el regimen político, la transición del militarismo al civilismo, la consolidación de un mecanismo, por el cual, el presidente en turno designaba a su sucesor, la existencia de un proyecto de industrialización para el país, mismo que tuvo sus aciertos, pero también sus desaciertos.
Mientras tanto, a la administración de Claudia Sheinbaum para el 2025, le vienen tiempos difíciles, esperando que puedan concretar los mejores acuerdos por el bien de México.