México atraviesa un momento de confrontación auspiciado desde la investidura presidencial. Hay un presidente de la República que genera encono y enfrentamiento. Así lo dejó ver el senador zacatecano Ricardo Monreal Ávila, quien desde Campeche aseguró que busca ser el presidente de la reconciliación.
Llama la atención que mientras la ahora plana bendita, sagrada y mayor de Morena celebraba desde Toluca el triunfo que obtuvieron el domingo 5 de junio en cuatro de las seis entidades en disputa, el presidente de la Jucopo del Senado de la República enviaba un mensaje que muy pocos quieren escuchar: México está inmerso en la confrontación.
Mientras que en la capital del Estado de México Marcelo Ebrard Casaubón, Cludia Sheinbaum y Adán Augusto López Hernández, tuvieron el micrófono varios minutos para dirigirse a la militancia de Morena, el líder de los senadores de ese partido estaba en el sur del país haciendo su trabajo de posicionamiento.
Llamó la atención sobremanera que, mientras que una copia tan mala de López Obrador erguida en la persona de Mario Delgado quien por minutos quiso adoptar el tono de voz del presidente de México anunciaba que a más tardar en un año habrá resultados de una primera encuesta para elegir al candidato de Morena, desde Campeche, Ricardo Monreal Ávila les restregaba en la cara que ese método de selección de candidatos no es el adecuado y que no confía.
De las palabras del senador Monreal llaman la atención dos puntos: querer ser el presidente de la reconciliación y no confiar en el método de las encuestas que realiza Morena.
Ricardo Monreal le ha puesto el cascabel al gato, porque mientras hay quienes no se atreven a decir que Andrés Manuel López Obrador ha dividido a México y que ha generado confrontaciones, el aspirante presidencial habla sin tapujos, esto a pesar que por default le pueda costar la descalificación por la candidatura en el partido que gobierna al país.
La mayoría de quienes militan en Morena están adoctrinados, creen que la política de enfrentamiento verbal, a veces sin sentido que ha instaurado desde la presidencia Andrés Manuel López Obrador llevará a México a los primeros planos, no se dan cuenta que se requiere la reconciliación del país, dejar a un lado la lucha entre chairos y fifís, entre pobres y ricos, y a eso le está apostando Ricardo Monreal.
El segundo tema por el que muchos querrán quemar en leña verde al político zacatecano es porque ha señalado hasta el cansancio que las encuestas no son confiables, y que es mejor las elecciones primarias para ver quien es quien entre los electores.
Lo tildarán de traidor, prianista y toda clase de adjetivos propios de aquellos que como borregos asientan con la cabeza cada palabra presidencial, sobre todo porque el método de la encuesta fue una orden expresa de Andrés Manuel López Obrador, y contra esos designios nadie puede manifestarse.
Así que quizá los días de Monreal en Morena estén contados, sin embargo, queda demostrado que el zacatecano no es un político manejable, de allí que no sea incluido como una corcholata presidencial.