Cerca de 100 menores disfrutaron de hallacas, dulces y piñatas en una jornada llena de esperanza.
Alfredo Pacheco/Ultimátum
Un grupo de activistas llevó un momento de alegría y espíritu navideño a cerca de 100 niños migrantes en el parque del Barrio San Francisco, ubicado en el suroriente de la capital chiapaneca. Durante la actividad, los pequeños, en su mayoría venezolanos, disfrutaron de una tradicional comida navideña, rompieron piñatas y participaron en juegos para recordar la magia de la Navidad.
El escritor y activista venezolano, Nérvinson Machado, explicó que la actividad tuvo como objetivo brindar un respiro emocional a los menores y sus familias, quienes han atravesado diversas adversidades en su camino migratorio. “La Navidad es especial para todos, y la idea es que estos niños y sus padres encuentren en este espacio un mensaje de acogida, amor y esperanza,” señaló Machado.
La celebración incluyó la degustación de hallacas, un tradicional tamal venezolano, así como dulces y dinámicas recreativas que permitieron a los pequeños vivir una tarde especial. Este esfuerzo fue posible gracias al apoyo de la agrupación Pasitos Migrantes, integrada por artistas y ciudadanos de Chiapas comprometidos con la causa migrante.
Machado también agradeció la colaboración de padres, estudiantes y profesores del Colegio Emilio Rosenblueth, quienes organizaron colectas para hacer realidad esta jornada. “Muchas personas de México están apoyando esta causa para que los niños vean que, a pesar de las dificultades, siempre habrá cariño y solidaridad,” enfatizó.
El evento no solo llevó sonrisas a los niños, sino que también reforzó la unión entre comunidades migrantes y locales. “Queremos que estos niños recuerden que no están solos, que siempre habrá gente dispuesta a tenderles la mano,” concluyó Machado.
Esta actividad es un ejemplo de cómo la solidaridad y el compromiso pueden transformar vidas, especialmente en tiempos de incertidumbre y desafíos para las familias migrantes.

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