En el sexenio anterior en Chiapas, se heredó al gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, una entidad federativa en llamas.
BALANZA LEGAL/Rodolfo L. Chanona
En el sexenio anterior en Chiapas, se heredó al gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, una entidad federativa en llamas, con altos niveles de inseguridad, generándose en la población chiapaneca, una percepción alta de inseguridad; precisamente derivado de las constantes conductas antisociales y delictivas, generadas al por mayor en todo el territorio estatal, creándose alta desconfianza en las instituciones de seguridad y justicia, ante la evidencia palpable de las pocas o nulas acciones de seguridad ciudadana, prevención social de la violencia y procuración de justicia por parte del Estado, para disminuir los índices delictivos de la entidad.
Este incremento de la tasa delictiva, fue percibida por la ciudadanía sin necesidad de acudir a las estadísticas, con solo los hechos cotidianos de un día sí, y otro también; trayendo como consecuencia que, la seguridad pública se convirtiera en la principal preocupación para la ciudadanía chiapaneca; siendo tal la desconfianza en las autoridades de procuración e impartición de justicia, que en el año del 2023, se tiene como dato un porcentaje de denuncias del 6.8% de los delitos cometidos en la entidad; de los cuales, el Ministerio Público o Fiscalía estatal, inició una carpeta de investigación solo en el 49% de estas denuncias, representando una impunidad del delito de 96%, según los datos aportados en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE 2024).
Razón por la que, al día de hoy, las políticas del actual gobierno del Estado de Chiapas, están precisamente centradas en la pacificación de la entidad, quién desde el primer minuto de la entrada en funciones, presentó a través de la Secretaria de Seguridad del Pueblo, al grupo especial de fuerza de reacción inmediata, denominado “Fuerza de Reacción Pakal”, un grupo elite creado para combatir la criminalidad en él Estado, el cual, está integrado por 500 nuevos agentes que se suman a la dependencia, muchos de ellos ex agentes de la extinta Policía Federal, así como, ex elementos de la Guardia Nacional con entrenamiento especial incluso en el extranjero.
Este grupo especial de reacción inmediata a demostrado en los primeros 30 días de operación, un actuación eficaz y certera en el combate a la delincuencia, a quienes se les han atribuido grandes aciertos en la entidad, para restaurar la paz y la tranquilidad en los municipios del Estado y en la propia capital, generando una percepción de confianza en la población.
Sin embargo, esto no hubiera sido posible, sin la estrategia mediática de publicidad desdoblada en los distintos medios de difusión e información que han logrado permear en la ciudadanía, generando confianza y seguridad.
Es conocido que la publicidad mediática, genera en las personas distintos efectos, como asumir una percepción de la realidad que trasciende en las relaciones interpersonales; haciendo entonces que, la estrategia mediática del actual gobierno haya sido eficaz, al generar en la población una percepción de distintas acciones enfocadas en la seguridad ciudadana, prevención social de la violencia y procuración de justicia, buscando disminuir los índices delictivos de la entidad, siendo aplaudible hasta el momento.
No obstante, los retos aún comienzan, toda vez que, fuera de la parte mediática, debe empezarse a reflejar en datos concretos en el primer año, la contención y la reducción de la violencia en Chiapas; lo cual, no será una tarea fácil, ya que, llevamos muchos años sumidos en la pobreza y el deterioro social.
Por lo que consideramos que la actual estrategia de seguridad, deberá buscar consolidarse y lograr que se pueda convertir en trans sexenal, blindando a la institución y a las estrategias de seguridad pública de la corrupción; toda vez que, la historia marca desafortunadamente que los riesgos de corrupción permean y son muy altos; existiendo la posibilidad en todo momento que tarde o temprano se vuelva a terminar corrompiéndose a la institución; razón por la que, se deberá de trabajar todos los días, para erradicar todas aquellas prácticas nocivas que puedan llevar a ello.
Por otro lado, tener un grupo especial como los Pakales, garantiza tener una fuerza efectiva para contener a la delincuencia, pero la evidencia, ha mostrado también que, con el tiempo, este tipo de corporaciones en México, pueden llegar a caer en excesos o en prácticas que ponen en riesgo los derechos humanos de las personas con las que interactúan, razón por la que deben de ser vigiladas muy de cerca para que también no caigan en la corrupción y se conviertan en un arma de doble filo.
Hoy la ciudadanía tiene confianza, pero la confianza se gana con el tiempo y el nuevo gobierno deberá velar para que así se mantenga, y pueda ser el legado que se deje a las nuevas generaciones.