Detrás de ese personaje desempacado desde Tabasco, se esconde una mente malévola que busca, a toda costa, destruir al municipio.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa Arce
El Ángel “Caído” Torres Culebro ha rebasado cualquier clase de adjetivo que nos podamos imaginar, debido al desastre en el que ha convertido al Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez. Digamos que, como en el cine macabro, se ha convertido en el Ángel Malvado de la película. Detrás de ese personaje desempacado desde Tabasco, se esconde una mente malévola que busca, a toda costa, destruir al municipio y a la gente que cautivados por Morena votaron por él sin conocerlo. A este político de caricatura, quien por cierto se quedó huérfano el año pasado, no le interesa pasar por encima de los intereses del pueblo; ha dado muestras de ser un ecocida, depredador del presupuesto y en lo único que ha dado prueba de que es bueno, es en las ocurrencias y caprichos que le cuestan mucho dinero al municipio.
De reversa, como los cangrejos de Paraíso, Tabasco
Este es el caso de las láminas que se le ocurrió colocar en el puente peatonal que se encuentra ubicado frente a Plaza Crystal y Sams de Tuxtla Gutiérrez. ¡Hágame usted el reverendo favor! El Ángel Caído “encajonó” prácticamente esa vía peatonal que atraviesa la Avenida Principal de la capital del estado, sin importarle la inseguridad que con ello propiciaba en contra de la población que circula por esa zona. Ante la crítica unánime de los tuxtlecos que están arrepentidos de haber votado por Morena para llevar al poder a este “querubín malvado” no le quedó otro remedio que dar reversa, como los cangrejos de Paraíso, Tabasco, y, con ello, se le derrumbaron sus sueños guajiros de hacer negocio con la publicidad que pretendía vender, para obtener recursos que le permitieran alimentar el oootro sueño guajiro de reelegirse dentro de tres años. Al igual que el día que decidió imponer delegados en diferentes colonias de la ciudad, sin tomar en cuenta las normas vigentes y la decisión del pueblo, así se pasó por el arco del triunfo el reglamento del Ayuntamiento tuxtleco que prohíbe ese tipo de contaminación visual en la capital. Esta nueva ocurrencia fue similar a aquella que todos los tuxtlecos recuerdan, cuando quiso venderle la idea a su ex patrón, Rutilio Escandón Cadenas, de construir un circuito interior denominado Chiapas de Corazón, en el que solo le interesaba obtener cientos de millones de pesos de ganancia mediante contratos amparados por la ambición, más nunca le importó el daño ecológico que causaría. Afortunadamente, organizaciones civiles defensoras del medio ambiente le tumbaron lo que se erigiría como el monumento a la corrupción.
Al igual que el Circuito Interior
La historia de seis años en la Secretaría de Obras Públicas del gobierno del estado, y los cuatro meses y medio que lleva en el ayuntamiento de Tuxtla, condenan al Ángel Caído. Recordemos que primero se le cayó un domo en la unidad deportiva de Motozintla; luego se le derrumbó otro en una escuela de Tumbalá, el puente que construyó frente a la Torre Chiapas lo dejó inconcluso y, para colmo de males, actualmente representa un peligro por una enorme zanja que tiene en la superficie, lo cual podría causar un colapso y cobrar la vida de algunas personas. Por cierto, por estas malas construcciones no ha rendido cuentas y es necesario que se le lleve a juicio, porque gente de esta naturaleza no debe ocupar cargos públicos, mucho menos donde tenga acceso a las finanzas del pueblo que deberían ser administradas con honestidad y amor, como lo ha pedido la propia presidenta de México Claudia Sheinbaum. A Torres Culebro no le quedan, por ninguna parte, los principios de Morena: no robar, no mentir y no traicionar al pueblo. Todo indica que los entendió al revés. En resumidas cuentas, el desempeño del Ángel “Caído” Torres ha sido pésimo donde quiera que ha estado y la losa de corrupción que pesa sobre su espalda no se la podrá quitar jamás. Le recordamos aquella frase muy recurrida del ex presidente Andrés Manuel López Obrador: “Qué transa la garbanza, el pueblo se cansa de tanta pinche transa”.
De Tarot y Adivinanza
