Chiapas era una madriguera de criminales que poco a poco han sido exterminados.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa
Es necesario, para efecto de no confundir a la ciudadanía, dejar claro que el asesinato del comerciante Álvaro Villatoro, ocurrido en Frontera Comalapa este inicio de semana, obedece más bien a una venganza de carácter personal y no a una ejecución orquestada por el crimen organizado, según trasciende extraoficialmente. Desafortunadamente siempre hay quienes que tratan de empañar el trabajo de las autoridades y por eso es necesario investigar el móvil de ciertos asuntos como éste, capturar a los culpables y callar las voces enemigas de la paz y la tranquilidad en Chiapas.
Hecho aislado y fuera de la ola de violencia
El comerciante acababa de llegar a su domicilio cuando fue interceptado por sujetos armados que le dieron muerte, pero éste caso no se relaciona con la violencia que en menos de cien días el gobernador Eduardo Ramírez logró desactivar en todo el estado, cosa que le ha valido el reconocimiento de la presidenta Claudia Sheinbaum, de líderes políticos de oposición y de otros sectores dentro y fuera del país. Es preciso recordar que hasta hace cuatro meses el crimen en organizado mantenía como rehén al pueblo de esa zona y, además, provocaba terror y zozobra a toda la sociedad. Chiapas era una madriguera de criminales que poco a poco han sido exterminados. No se vale que por un suceso como este se critique a priori y se busque desacreditar los alcances obtenidos mediante una estrategia efectiva del sistema de seguridad, que encabezan Jorge Luis Llaven Abarca y Óscar Avendaño Aparicio, en la Fiscalía General de Estado y Secretaría de Seguridad del Pueblo, respectivamente. Esta región permaneció, durante muchos años, secuestrada por los criminales que limitaban la libre circulación mediante retenes permanentes, cobraban derecho de piso, asesinaban a cualquiera y operaban en la total impunidad. Actualmente ya no es así. Mediante instrumentos quirúrgicos especializados, el gobernador Eduardo Ramírez logró hacer una cirugía de primer nivel en esta región. De esa forma se extirpó el cáncer que había hecho metástasis en todas las regiones del estado. Actualmente los pobladores han recuperado la paz y regresan poco a poco a sus actividades normales, nadie debe sorprenderse de un hecho aislado, que, además, no está relacionado con las mafias que operaban en esa y otras zonas de Chiapas.
Miedo y terror disipados
Otro hecho parecido al de este comerciante fue el del médico César Alberto, asesinado en Tapachula en el mes de febrero del presente año. Las autoridades lograron la captura del agresor y dos de sus cómplices y se logró esclarecer que este crimen se había cometido por venganza, ya que el galeno había intervenido quirúrgicamente a una mujer que, posteriormente, presentó complicaciones y desafortunadamente perdió la vida. Es decir, no seremos defensores de lo indefendible, pero tampoco tremendistas ni amarillistas y mucho menos malinchistas. Nadie puede negar que a estas alturas Chiapas se ha transformado. Actualmente se ha disipado el miedo y el terror que prevalecía en las calles de las ciudades, en las carreteras y en cada una de las regiones de la entidad. Ahora se respira y vive un ambiente de paz y tranquilidad social que alienta el desarrollo. Si vemos y analizamos con mayor detenimiento, tendremos que aceptar que ya no hay levantones, colgados en los puentes, ni embolsados en todas partes. Se ha terminado con el cobro del derecho de piso y los ciudadanos tampoco son despojados de sus vehículos cuando circulan por las carreteras. Se acabaron los retenes que instalaban “pandilleros” disfrazados de luchadores sociales. Esa etapa concluyó con el gobierno de la Nueva ERA, que, dicho sea de paso, ha combatido con todo el peso de la ley la corrupción y la impunidad.
De Tarot y Adivinanza
No se descarte que en breve se conozca la conclusión de la investigación en relación al crimen ocurrido en Comalapa, cuyo móvil, al parecer, fue venganza… Servidos.
