En entrevista con Diario Ultimátum, expuso su propuesta centrada en transparencia y vigilancia ciudadana.
Eric Ordóñez/Ultimátum
Con la cercanía del 1 de junio, fecha en que México vivirá un proceso electoral inédito para elegir, por voto directo, a quienes ocuparán cargos en el Poder Judicial, Diario Ultimátum continúa abriendo espacios de diálogo plural y transparente con las y los aspirantes. En esta ocasión vía remota se conversó con la maestra Martha Beatriz Pinedo Corrales, candidata a magistrada del Tribunal de Disciplina Judicial, quien compartió sus propuestas, experiencias y visión sobre el futuro de la justicia en México.
Pinedo Corrales explicó que el Tribunal al que aspira será un órgano nuevo y esencial para restaurar la confianza ciudadana en la impartición de justicia. “Se encargará de revisar y vigilar la actuación de jueces y magistrados federales, asegurando que trabajen con honestidad y responsabilidad, libres de corrupción”, expresó.
Uno de los ejes principales de su proyecto es la implementación de un modelo de compliance judicial, tomando como referencia las buenas prácticas de países como Chile, Argentina y España. Este modelo incluye la resolución oportuna de conflictos éticos, el uso de tecnologías de la información para la transparencia proactiva, la rendición de cuentas mediante tableros públicos, y la capacitación permanente a juzgadores en escenarios éticos complejos.
La candidata explicó que su campaña ha sido principalmente digital, pues no cuenta con los recursos económicos que tienen otros aspirantes. “No tengo un millón y medio de pesos para invertir en campaña. Yo he apostado por hacer esto de manera orgánica, con valores, y a través de redes sociales: Facebook, YouTube, Instagram, TikTok”, explicó. A través de estas plataformas ha recibido muestras de apoyo desde todo el país, incluyendo Chiapas, Baja California y Coahuila.
Durante la entrevista, Pinedo Corrales también reflexionó sobre las inequidades del proceso electoral judicial, al señalar que no todas las candidaturas tienen las mismas condiciones para hacer campaña, lo cual pone en entredicho el principio de igualdad que protege la Convención Americana de Derechos Humanos. Sin embargo, afirmó que la reforma ya está en marcha y que lo importante ahora es asegurar que quienes lleguen lo hagan con perfiles idóneos.
Respecto a su trayectoria, compartió que cuenta con más de 20 años de experiencia tanto en el Poder Judicial como en el Ejecutivo. Ha ocupado cargos de responsabilidad en áreas de fiscalización, jurídicos y transparencia. Destacó su paso por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde trabajó como directora general del Centro de Documentación y participó en labores de análisis, compilación legal y atención a personas privadas de la libertad. “El Tribunal de Disciplina debe ser también un ente con capacidad de fiscalización, no solo un espacio para juzgar desde el escritorio”, apuntó.
Cuestionada sobre los retos inmediatos del nuevo Tribunal, enfatizó que la transparencia será clave. “Es fundamental abrir canales de comunicación efectivos con la sociedad. La ciudadanía necesita saber que hay un órgano donde puede denunciar irregularidades en los tribunales y esperar un trato justo y profesional”, dijo.
Como mujer dentro del ámbito judicial, reconoció que los espacios han sido limitados históricamente, aunque destacó los avances en representación. “He estado en tres periodos con diferentes ministros. Comencé como taquígrafa judicial, luego pasé a operativa profesional y secretaria de estudio y cuenta. Hoy soy candidata, y en la boleta turquesa apareceremos tres mujeres y dos varones para este tribunal. Vamos ganando terreno”, expresó con orgullo.
Sobre su experiencia haciendo campaña en redes sociales, aseguró que los contenidos que más resonaron con la ciudadanía fueron aquellos donde narró casos reales de corrupción o malas prácticas dentro del Poder Judicial —siempre resguardando datos personales—. Señaló que es importante visibilizar que también existen jueces que pueden actuar fuera de la ética o incluso incurrir en delitos graves. “No por ser juez estás exento de rendir cuentas”, afirmó.
En lo personal, se describió como una mujer originaria de Durango, criada en Mazatlán, Sinaloa, egresada de la Universidad Autónoma de Sinaloa, con maestría y doctorado en el Instituto Nacional de Administración Pública, y con estudios especializados en responsabilidades administrativas, anticorrupción y derecho disciplinario. Está casada, tiene tres hijos y ha trabajado en diversas instituciones como la Policía Federal, la Secretaría de Energía, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, así como con ministros de la Corte como Guillermo Ortiz Mayagoitia, José Ramón Cossío y Luis María Aguilar.
Al ser cuestionada sobre cómo le gustaría ser recordada después del proceso, más allá de los resultados, respondió con sencillez: “Como una persona honesta, congruente y respetuosa, que hizo su campaña con valores y con compromiso. He respetado todas las opiniones, incluso las que no están de acuerdo con la reforma judicial. Lo importante es elegir con conciencia y después exigir resultados”.
La maestra Pinedo Corrales cerró su participación con un llamado a la ciudadanía a ejercer su derecho al voto con responsabilidad. “Los invito a revisar los perfiles, investigar, comparar trayectorias y elegir a quienes realmente representen un cambio. Me encontrarán en la boleta turquesa, número 12, en la parte superior izquierda. No importa si hacen su acordeón con sus candidaturas preferidas, lo importante es que la lista sea suya, reflexionada, no impuesta”.
Finalmente, compartió que el Tribunal de Disciplina Judicial tendrá la facultad de evaluar durante un año el desempeño de los jueces y magistrados electos. Si no cumplen, podrán ser removidos. “Que el 1 de junio gane México. Yo soy solo una opción entre muchas, pero estoy lista para servir”, concluyó.
