Con 30 años en el Poder Judicial, busca llegar al Tribunal de Disciplina Judicial para combatir la corrupción con transparencia.
Eric Ordóñez/Ultimátum
Con más de tres décadas en el Poder Judicial de la Federación, el licenciado Octavio Ávila Martínez se perfila como candidato a magistrado del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial. Su objetivo es claro: recuperar la confianza ciudadana y sanear desde dentro a una institución clave para el país. En entrevista con Diario Ultimátum, explicó que su experiencia, su visión crítica y su compromiso con la transparencia lo impulsaron a participar en este proceso histórico.
Ávila fue testigo de la reforma de 1994 que creó el Consejo de la Judicatura, órgano que hasta ahora ha sido responsable de la vigilancia interna del Poder Judicial. En ese contexto, trabajó por más de 21 años directamente con consejeros, lo que le permitió conocer a fondo los procedimientos de vigilancia, disciplina y administración. “Tengo la experiencia y la capacidad para arrancar este nuevo Tribunal con una visión clara de lo que se debe corregir”, afirmó.
Reconoce que hay una desconfianza legítima de la ciudadanía, alimentada por la falta de transparencia y algunos casos de corrupción. Sin embargo, insiste en que “no todos los jueces son corruptos”. A su juicio, uno de los errores del sistema es que los procedimientos disciplinarios actuales son poco claros: “Las sesiones del Consejo son privadas y la ciudadanía se entera por rumores o filtraciones, no por fuentes oficiales. Eso ha dañado mucho la imagen del Poder Judicial”.
Uno de sus principales compromisos es impulsar sentencias más comprensibles y transparentes, no solo para jueces sancionados sino para todos los asuntos. “La ciudadanía no necesita una novela de 300 páginas, necesita saber si se le hizo justicia y por qué”, enfatizó.
Ávila también criticó las condiciones desiguales en que los candidatos han realizado campaña. Mientras quienes no son servidores públicos han podido participar sin restricciones, los funcionarios en activo —como él— han tenido que financiar su promoción con recursos propios y pedir permisos sin goce de sueldo. “Ha sido una contienda desequilibrada, limitada por las propias reglas del INE, pero aun así estamos aquí, dando la cara”, declaró.
Durante los días de volanteo, relata que muchos ciudadanos aún no conocen a los candidatos. “He platicado 15, hasta 30 minutos con personas que no sabían ni siquiera que había una elección judicial. Me duele ver que el 96% del padrón no ha consultado el sistema Conóceles”, señaló.
Para Ávila, el reto de disciplinar a sus pares no es menor. “Vamos a juzgar a otros juzgadores. Por eso debemos ser muy claros, muy objetivos y muy firmes. No más protección a jueces corruptos, ni a magistrados intocables”, subrayó.
También sostiene que esta elección puede marcar un cambio real si la ciudadanía participa. “Yo no pertenezco a ningún partido, y no quiero hacerlo. Un juez debe ser independiente. Pero eso no significa que nuestra función no sea política: interpretar la Constitución es también interpretar los valores de una nación”, sentenció.
Convencido de que México enfrenta una sed profunda de justicia, ve con esperanza esta reforma. “No es perfecta, pero puede ser el inicio de algo mejor si la ciudadanía toma el control. Votar es un acto de responsabilidad”, sostuvo.
Octavio Ávila aparece en la boleta turquesa con el número 22. Pide a la ciudadanía marcar ese número si quieren un perfil con experiencia real en vigilancia judicial, comprometido con la transparencia y libre de intereses partidistas.
“Yo creo en un México con justicia accesible, clara y honesta. No podemos permitirnos seguir en la oscuridad”, concluyó.
