Miguel Ángel Buitrón/Ultimátum
CÁRDENAS
En un basurero clandestino se ha convertido, desde hace varios años, las esquinas que forman la Calle Reforma y el corredor que lleva al mercado Francisco Trujillo Gurría, que actualmente construye la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
La Dirección de Ecología ni tampoco la de Protección Ambiental de esta administración municipal que encabeza María Esther Zapata, ni las pasadas que han gobernado Cárdenas, han podido controlar este problema que se ha convertido en un tema de salud pública.
A este lugar llegan ciudadanos “irresponsables” a tirar todo tipo de basura y de desperdicios orgánicos. En el punto se pueden encontrar “bascosidades” que provienen de los hogares, como “inmundicias” que emanan de restaurantes y/o carnicerías, pues hay desde tripas, huesos y desechos de comida.
Además de un problema de salud pública en que esa convertido este lugar, también es de seguridad, ya que no existe alumbrado público, lo que facilita que, por las tardes, pero sobre todo en las noches, los enemigos del ambiente y la ecología dejen su basura, ante la falta de incapacidad y orden del gobierno municipal de Cárdenas.
Este basurero se ubica a 20 metros del nuevo mercado que se construye por parte de la Sedatu, a 30 metros del parque Revolución, y a unos pasos de la calle Madero, de las más circuladas en esta ciudad.