Impulsa programas educativos como “Chiapas Puede” y “Conecta Chiapas”.
Sandra Paredes/Ultimátum
Durante su recorrido por los municipios de Simojovel y Bochil, Eduardo Ramírez Aguilar reiteró su compromiso con el impulso a la educación como eje de transformación social en Chiapas. A través del programa “Chiapas Puede”, enfocado en la erradicación del analfabetismo, y “Conecta Chiapas”, que dota de herramientas tecnológicas a estudiantes, el político chiapaneco aseguró que se trabaja a diario por un estado más justo, alfabetizado y con oportunidades para todas y todos.
En Simojovel, reconocida como la tierra del ámbar, Ramírez compartió su convicción de que la verdadera transformación comienza con la educación de la conciencia. “Debemos trabajar muy unidos porque un pueblo educado contribuye a la transformación, y queremos que todas y todos partamos desde la transformación de la conciencia para sacar adelante a Chiapas”, expresó ante un grupo de ciudadanas y ciudadanos, a quienes agradeció por recibirlo.
En este encuentro, también destacó la importancia de acercar programas como “Conecta Chiapas” a las y los estudiantes, proporcionándoles recursos tecnológicos que les permitan mejorar su proceso de aprendizaje y ampliar sus horizontes educativos. “A las y los estudiantes los apoyamos con herramientas que faciliten su aprendizaje. Queremos eliminar las barreras de acceso al conocimiento”, indicó.
Posteriormente, en el municipio de Bochil, Ramírez Aguilar participó en la entrega de becas “Rosario Castellanos” y supervisó los círculos de estudio del programa “Chiapas Puede”, donde constató el compromiso de adultos mayores y personas de comunidades rurales que buscan aprender a leer y escribir. “Nuestra agenda es llegar a las personas que, por alguna circunstancia, no aprendieron a leer y escribir y que tienen el deseo de aprender”, subrayó.
El enfoque de “Chiapas Puede” se distingue por su visión humanista, donde el proceso de aprendizaje no se reduce al aula, sino que abarca los espacios comunitarios, los hogares y las plazas públicas, utilizando métodos que respeten la lengua, cultura y tradiciones de las regiones chiapanecas. La inclusión de círculos de estudio intergeneracionales ha permitido que jóvenes y adultos mayores compartan experiencias y saberes, fortaleciendo así el tejido social.


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