Pese al plan de Ángel Torres, los animales siguen en el parque y la ciudadanía no ve resultados.
Leonardo Gutiérrez/Ultimátum
El Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez presentó un ambicioso plan de reubicación y atención a los perros en situación de calle del Parque Caña Hueca. Sin embargo, apenas días después del anuncio que tuvo lugar el pasado 28 de mayo, ciudadanos volvieron a grabar jaurías en el mismo lugar, alimentando la sensación de que, más allá de los discursos, la acción gubernamental aún no se traduce en resultados reales.
Encabezado por el director de Protección contra Riesgos Sanitarios, José María González, el plan contempla la esterilización, vacunación, desparasitación, reubicación y adopción de al menos 18 perros detectados en la zona. La intervención incluye el uso de tranquilizantes para su captura y posterior traslado al consultorio veterinario municipal, además de una feria de adopción mensual en el Parque Tuchtlán. A la estrategia se sumaron asociaciones como Huellas Chiapas, Mapach, Dejando Huella y activistas independientes.
Pese a los buenos propósitos, los hechos desmienten el optimismo oficial. Este domingo, visitantes documentaron nuevamente la presencia de perros vagando entre los árboles y andadores de Caña Hueca. La percepción ciudadana oscila entre la preocupación por su seguridad y la indignación por la falta de continuidad en las acciones.
“Estos animales no tienen la culpa de estar ahí. Es un problema de abandono sistemático y de omisiones acumuladas”, señaló una de las representantes de la Unión Protectora Animal y Ambiental de Chiapas (UPACH), quien urgió al gobierno local a no dejarlo en buenas intenciones. El problema, subrayó, no se limita a un parque: “Hay colonias completas con jaurías. Se calcula que en 2023 había al menos 120 mil animales en las calles de Tuxtla”.
El propio José María González reconoció que el centro de control canino municipal está inoperante y en condiciones poco viables, lo que deja sin infraestructura sólida a un plan que depende casi por completo del esfuerzo voluntario de las asociaciones civiles, quienes también señalaron el agotamiento de los refugios.
Mientras tanto, el Ayuntamiento insiste en llamar a la “tenencia responsable” y agradece el compromiso de las organizaciones. Pero los videos grabados en el parque y las denuncias vecinales evidencian que la reubicación aún no ocurre o no ha sido suficiente. Los perros siguen ahí.
La administración de Ángel Torres Culebro ha sido insistente en mostrarse “empática” con la causa animalista, pero la comunidad exige más que discursos: quiere soluciones estructurales, cumplimiento de reglamentos y vigilancia activa para evitar nuevos abandonos.

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