Lamentó el olvido de quienes mueren en el tránsito y criticó políticas migratorias que separan familias.
Alfredo Pacheco/Ultimátum
El arzobispo de la Arquidiócesis de Tuxtla, monseñor José Francisco González González, hizo un llamado a la solidaridad social y a la justicia estructural frente al drama que viven miles de migrantes en su paso por el sur de México.
Durante un acto simbólico realizado en el sitio del trágico accidente del 9 de diciembre de 2021, donde murieron 57 personas migrantes en la carretera Chiapa de Corzo–Tuxtla, el arzobispo recordó que muchas de esas historias caen en el olvido.
“Este gesto tiene un profundo simbolismo. Retomamos las reuniones de obispos de la frontera Guatemala–México, que se habían suspendido por la pandemia, y quisimos acompañarlas con este acto conmemorativo. Aunque cada 9 de diciembre realizamos esta memoria, hoy quisimos reforzarla desde la reflexión colectiva”, expresó.
González González subrayó que la migración, en la mayoría de los casos, no es una decisión voluntaria, sino consecuencia directa de la desigualdad y la falta de oportunidades en los países de origen. “Las personas no migran por gusto, lo hacen empujadas por la necesidad, y muchas veces lo pagan con su vida”, lamentó.
También criticó la rigidez de las políticas migratorias impulsadas en años recientes, especialmente durante el gobierno de Donald Trump, al considerar que ignoraron el aspecto familiar y provocaron sufrimiento, separación de hogares y mayor vulnerabilidad, particularmente entre mujeres y menores de edad.
“Hoy la migración ya no es solo de adultos: son familias enteras. Y cuando las políticas son tajantes, inflexibles y deshumanizadas, el sufrimiento se multiplica”, enfatizó.


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