Las madres buscadoras del Estado de México se trasladaron a Cacahoatán ante un posible indicio de Roberto Carlos Medina, desaparecido desde 2021
Leonardo Gutiérrez/Ultimátum
El colectivo de madres buscadoras “Uniendo Esperanzas”, proveniente del Estado de México, llegó a la frontera sur de Chiapas para continuar con la localización de sus hijos desaparecidos. En esta ocasión, su búsqueda se centra en el municipio de Cacahoatán, donde recibieron información sobre un posible avistamiento de Roberto Carlos Medina Banda.
Roberto Carlos desapareció el 29 de septiembre de 2021 en la colonia San Andrés, del municipio de Ecatepec de Morelos. Desde entonces, su familia lo busca sin descanso. “Nosotras vamos donde nos digan, pegamos volantes, buscamos en campos, canales, cerros y basureros. No importa si no es nuestro hijo, toda pista es valiosa”, expresó Angelina Banda Cuéllar, madre del joven desaparecido.
Durante esta nueva etapa de búsqueda, las integrantes del colectivo agradecieron el respaldo de las autoridades municipales y estatales, especialmente del presidente municipal de Tapachula, Aarón Yamil Melgar Bravo, quien facilitó el traslado del grupo y les brindó apoyo logístico. También reconocieron al fiscal de distrito de la región Costa, Pablo Liévano, por habilitarles la sala de usos múltiples para la difusión de los rostros de sus seres queridos desaparecidos.
El colectivo ha logrado localizar a tres personas con vida y ha recuperado restos de otras cuatro sin vida, además de restos humanos aún no identificados en el Estado de México e Hidalgo. Actualmente, son 22 personas quienes integran esta red de búsqueda activa.
Dionisia Pelcastre, otra integrante del grupo, enfatizó que no solo buscan a sus propios hijos, sino también a otras personas desaparecidas. “Sabemos desde dónde se los llevan, pero no dónde los dejan. Por eso no paramos.”
Por su parte, Claudia San Román, quien busca a su hija Karina desaparecida en Tlalnepantla, también forma parte de esta comitiva. Todas coinciden en un llamado urgente a la ciudadanía chiapaneca: cualquier dato, por mínimo que parezca, puede marcar la diferencia.
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