Tras ser señalado por los fracasos electorales en Durango y Veracruz, Andrés Manuel López Beltrán intenta desprenderse del mote familiar.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa Arce
Ante su incapacidad e inoperancia para sobresalir políticamente por méritos propios, Andrés Manuel López Beltrán ha decidido hacer una campaña mediática para renunciar a su apelativo “Andy”, con el cual lo conocen desde niño en su estado de Tabasco y ahora en todo el país. Digamos que es el apócope con el que cariñosamente le ha llamado su familia y amigos durante los 39 años que lleva de vida. El lloriqueo empezó el día que la oposición le etiquetó el fracaso de las elecciones en Durango y Veracruz a Andy López, toda vez que con todo el dinero y el supuesto poder de Morena, además del apoyo del régimen no pudo ganar a sus adversarios, quienes, por cierto, se crecieron ante la derrota del tabasqueño en ambas entidades. Como tiro de gracia, sus antagonistas también le endosaron la poca participación en la elección judicial, ya que no fue capaz ni siquiera de movilizar a los más de 23 millones de personas derechohabientes y beneficiarias de ocho Programas para el Bienestar que recibieron en total una inversión social de 100 mil 664 millones de pesos en el primer bimestre del presente año. Recordemos también que en el sexto informe de gobierno del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, el tabasqueño detalló que, en ese entonces, se beneficiaban 56 millones de personas, quienes tenían asignado un presupuesto total de 670 mil millones de pesos. Cosa que a su retoño no le dio ningún resultado en las urnas el pasado 1 de junio, según él porque no es lo mismo que le digan Andy a que lo nombren Andrés Manuel.
La caricatura de su padre que está condenado al fracaso
Esto le ha generado ciertos trastornos a Andy, puesto que desde ese día decidió iniciar una campaña en contra del nombre con el cual se conoce al perdedor, al personaje señalado de corrupción y grandes negocios a la sombra del poder que ostentó su padre desde la Presidencia de la República y, estratégicamente, en los próximos años quiere desaparecer a Andy el sucio para posicionar su verdadero nombre, colgado de la fama del papá. “El llamarme ‘Andy’ es demeritar. Es quitarme ese legado, es quitarme ese nombre. En Durango nunca me mencionaron por mi nombre. Porque les da miedo y saben lo que vale el nombre y el legado de AMLO», sentenció el hijo mediano del ex presidente de México. Andy López se ha convertido en una caricatura de su padre, a pesar de tener una licenciatura en Ciencias Políticas y Administración por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y haber cursado una maestría en Administración Pública en Harvard. Así como usted lo lee, en la misma universidad de Estados Unidos donde estudiaron aquellos neoliberales y conservadores que saquearon el país, según López Obrador. Como dice el vulgo, “al que escupe para arriba en la cara le cae” o “cae más rápido un mentiroso que un cojo”. Resulta que el expresidente de México, creador de Morena, dijo en una de sus conferencias mañaneras: “Imagínense, los que han estudiado en Harvard o en otras universidades del extranjero y aprenden a robar, a eso van, o a ayudar a que roben otros y que ellos reciban migajas del botín. ¿Para qué entonces estudiar en esas circunstancias? Pero existe esa mentalidad, es una mentalidad elitista, clasista, racista”. ¿Será que se refería a su retoño que también estudió en esas instituciones extranjeras? Porque precisamente por esos motivos es que el apodo de Andy, quien según las denuncias públicas está más sucio que una letrina. Además, si Andrés Manuel López Beltrán piensa que el supuesto legado de su padre es una cuestión nada más de nombre, habrá que recordarle que no es así de fácil. Su progenitor fue protagonista de una lucha social desde hace más de 30 años en Tabasco. Con el apoyo de medios de comunicación nacional, a los que luego traicionó, se hizo famoso. Después recorrió todo el país e hizo campaña durante 18 años con el mismo discurso y estrategia para lograr su objetivo. La política no se hace desde el confort al que está acostumbrado “Andy” o Andrés Manuel López Beltrán, se hace desde abajo, en contacto con la gente a la que el secretario de organización de Morena no quiere ni siquiera voltear a ver, mucho menos saludar para que no le vayan a ensuciar el traje Brunello Cucinelli.
De Tarot y Adivinanza
Con la novedad de que Sergio Zenteno, de Bochil; Manuel Narcia, de Tonalá, y Bladimir Hernández Álvarez, de Las Margaritas, resultaron los presidentes municipales más avezados para el relleno de urnas en la jornada electoral del domingo primero de junio de los juzgadores federales de México. Eso explica por qué esta banda de tres ha mantenido el cacicazgo en sus respectivos municipios. Ver para creer… Servidos.

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