Zona Millennials abordó el valor del acompañamiento emocional y la terapia espiritual con un enfoque humano.
Eric Ordóñez/Ultimátum
En la emisión del martes 15 de julio del programa Zona Millennials, conducido por Alondra Aguilar y transmitido por Diario Ultimátum, se presentó una conversación profundamente humana con el licenciado Valentín Espinosa. El invitado compartió su experiencia en el acompañamiento emocional a través de terapias angelicales, una alternativa que —según explicó— no se enmarca en la religión ni en la psicología convencional, sino en la espiritualidad y el respeto al tiempo emocional de cada persona.
Durante la charla, Espinosa abordó con sensibilidad el tema del duelo, entendido no solo como la pérdida de un ser querido, sino como cualquier forma de pérdida que implique una ruptura emocional: un divorcio, una enfermedad, un cambio drástico de vida, o incluso la aceptación del propio cuerpo ante los efectos del tiempo. Su enfoque, aseguró, busca provocar amor propio, paz mental y estabilidad emocional a través de la escucha atenta, el acompañamiento y la validación de las emociones.
El especialista explicó que su camino en las terapias angelicales comenzó durante la pandemia de COVID-19, cuando decidió certificarse y comenzar a atender a personas que buscaban una contención distinta. Desde entonces, ha atendido a adolescentes, adultos mayores y personas de todas las edades que atraviesan procesos de duelo o transformación personal. Una de sus fortalezas, aseguró, es brindar acompañamiento sin juicios, con empatía y desde la experiencia personal.
Espinosa subrayó que el cuerpo también habla cuando las emociones no se expresan. Compartió el caso de una paciente que evitaba llorar por vanidad y terminó con múltiples enfermedades inflamatorias. “El cuerpo cobra factura”, advirtió, al tiempo que reiteró la importancia de soltar y dejar que las emociones fluyan. Llorar, gritar, hablar y compartir son acciones necesarias para la salud emocional, y no deben ser reprimidas, incluso cuando se es el sostén emocional de una familia.
A lo largo del programa, el invitado expuso cómo muchas personas no han aprendido a aceptar las pérdidas, especialmente aquellas ligadas al cuerpo o al autoestima. Contó su experiencia con el vitíligo, una enfermedad de la piel que lo marcó en su infancia, y cómo logró aceptarse y sanar. También habló de casos complejos, como mujeres con cáncer que han perdido un seno, y la importancia de que sus parejas y redes de apoyo acompañen sin juzgar, con verdadera empatía.
Otro de los puntos abordados fue el vacío existencial de muchos jóvenes que no encuentran rumbo. Espinosa señaló que incluso quienes no han atravesado una pérdida clara pueden sentirse perdidos, ansiosos o desconectados. En estos casos, afirmó, la terapia puede ayudar a descubrir habilidades ocultas, aceptar el presente y construir una mejor relación consigo mismos. “No se trata de preocuparse más, sino de ocuparse en ser felices”, expresó con convicción.
Además de su labor como terapeuta, Valentín Espinosa ha brindado charlas de superación personal en centros educativos, empresas, casas hogar y anexos. Su enfoque se basa en reforzar el amor propio, motivar al crecimiento individual y demostrar que la vida puede tener nuevas oportunidades, incluso en los escenarios más difíciles. Aseguró que el 80% de las personas que atiende en anexos enfrentan problemas de adicciones derivados de carencias emocionales y falta de propósito.
“Una pérdida también es dejar la casa para irte a estudiar, terminar una relación, perder los ahorros. Todo eso duele. Pero se puede superar si tienes a alguien que te escuche sin prisas, sin juzgar”, afirmó. Destacó que lo más importante es que las personas aprendan a ser auténticas, a expresar sus emociones y a construir vínculos desde la verdad.
La conversación cerró con una serie de recomendaciones para jóvenes y adultos: tomarse tiempo para sí mismos, llorar si es necesario, hacer actividades que les apasionen, salir a caminar, conectarse con la naturaleza, organizar un picnic familiar o simplemente encontrar un momento de calma. Espinosa recordó que el bienestar emocional no depende del dinero ni del estatus, sino de cómo se vive el presente: “La felicidad no es una silla en la que te sientas, es todo lo que haces para llegar a ella”.
Para quienes deseen contactarlo, Valentín Espinosa compartió su número telefónico (961 215 3124) y explicó que también realiza terapias familiares, sesiones en empresas y colaboraciones gratuitas en espacios comunitarios, como una forma de honrar la memoria de quienes ya no están. “Sanar es posible. Si yo pude, tú también puedes”, concluyó.
Zona Millennials, espacio creado para el diálogo cercano con las nuevas generaciones, permitió una charla íntima y reflexiva que tocó fibras sensibles y abrió puertas a la esperanza. Con valentía, empatía y compromiso, Valentín Espinoza recordó que sanar no es un destino, sino un proceso en el que todos, alguna vez, necesitamos compañía.


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