Rechazan imposición en el COBACH

Personal repudia presiones del grupo SIDICOBACH por cargos directivos.

Ramiro Trejo/Ultimátum 

Trabajadoras y trabajadores del Colegio de Bachilleres de Chiapas (COBACH) manifestaron su total rechazo al movimiento encabezado por el grupo SIDICOBACH, liderado por Alex Stanlin Ocaña, a quien señalan de querer acaparar las direcciones de plantel como si se trataran de derechos heredados o cuotas personales. 

Fueron los mismos trabajadores del COBACH quienes recalcaron que dicha lucha no los representa; por el contrario, los ha excluido, degradado y les ha quitado la legítima oportunidad de aspirar a cargos de dirección a quienes sí trabajan con responsabilidad, cumpliendo horarios, cargas académicas, funciones administrativas y compromisos institucionales. 

Mientras la mayoría del personal cumple con permanencia y vocación, señalaron que los miembros del SIDICOBACH aparecen cuando quieren —si es que lo hacen—, y aun así exigen puestos de confianza sin evaluación alguna ni mérito comprobado, solo por su cercanía con el dirigente sindical. 

Además, su reciente llamado a sumar a otros sindicatos o trabajadores sin afiliación fue calificado por los trabajadores del COBACH como una estrategia política para presionar a la autoridad educativa, no como un movimiento por el bien común. 

Manifestaron estar preocupados, ya que quienes realmente laboran día a día por el bienestar académico han sido excluidos, mientras los inconformes responden a intereses mezquinos y personales. 

Por ello, hicieron un llamado al director general del COBACH, Miguel Prado de los Santos, a no pactar con ellos ni repetir los errores de administraciones pasadas, que —argumentaron— cedieron ante los chantajes de los inconformes. 

“El COBACH no es propiedad de nadie. La educación no es un botín. Las direcciones no deben repartirse por conveniencia ni por presión, sino por compromiso, capacidad y vocación de servicio”, expresaron. Los trabajadores de esta institución educativa dijeron querer un colegio justo, moderno y fuerte. No uno sometido a las viejas prácticas del clientelismo y la simulación.