Ale Nakamura convirtió su pasión en una propuesta culinaria que combina calidad, precio y calidez en Tuxtla.
Eric Ordóñez/Ultimátum
En un entorno donde emprender un restaurante puede parecer una apuesta arriesgada, Ale Nakamura ha demostrado que la pasión, la estrategia y la autenticidad pueden transformar una idea en un caso de éxito. Así lo compartió durante su entrevista en Zona Millennials con Alondra Aguilar, transmitido por Diario Ultimátum, donde narró el surgimiento y evolución de Nakamura Restaurante, hoy referente de la nueva gastronomía urbana en Tuxtla Gutiérrez.
El proyecto comenzó el 4 de mayo de 2022, justo después de que Ale regresara a México tras una breve experiencia laboral en Estados Unidos. Entre la incertidumbre pospandémica y el deseo de construir algo propio, decidió abrir una cocina económica con apenas cuatro mesas y dos personas atendiendo. Lo que inició como un espacio modesto, pronto se transformó en un restaurante con identidad y sello propio.
Actualmente, Nakamura Restaurante cuenta con 16 mesas y un equipo de 10 personas. Ubicado en la colonia Jameipac —esquina de la 16 Poniente con Segunda Sur—, el lugar se distingue por su trato cercano, su estética acogedora y una oferta culinaria que, sin ser japonesa como su apellido, ha conquistado paladares locales. “Queremos que la gente se sienta como en casa de la abuela”, expresó Ale.
Los chilaquiles son el emblema del menú, aunque el restaurante ha ampliado su oferta para satisfacer a trabajadores de oficina y clientes habituales. Atiende de lunes a sábado de 8:00 a 16:30 horas y ofrece desayunos dominicales de 8:30 a 14:00 horas.
Una de las claves del crecimiento ha sido el manejo estratégico de redes sociales. Ale apostó desde el inicio por publicidad digital, colaboraciones con influencers y una línea visual atractiva. Aunque al principio sintió miedo de exponerse, entendió que contar su historia era parte del alma del negocio. “El restaurante es como mi hijo. Y tengo que hacer todo lo posible por mantenerlo”, dijo.
Durante la entrevista, reflexionó sobre los desafíos de emprender a temprana edad, las renuncias que implica y la necesidad de resolver problemas sin buscar culpables. “El pasado no cambia, pero el futuro depende de lo que hagas hoy”, afirmó.
Uno de sus mayores aciertos ha sido escuchar a sus clientes. Cuando hubo quejas por el calor, colocaron sombra y bancas afuera. Cambiaron su política de reservaciones para evitar conflictos y habilitaron el espacio para eventos privados. La retroalimentación constante ha sido parte de su proceso de mejora.
Además de buena comida, Ale ofrece hospitalidad, atención al detalle y precios accesibles. Su fórmula: actuar con amor, reinventarse constantemente y no tener miedo a mostrarse. “Si tú no cuentas tu historia, nadie más lo hará por ti”, sostuvo.
A quienes desean emprender, les recomienda comenzar con una visión clara, aceptar los errores como parte del camino y amar profundamente lo que hacen. “Si el negocio no te emociona, es difícil que funcione. Esto requiere entrega total”, concluyó.
Nakamura Restaurante ha construido una comunidad fiel que no solo disfruta sus sabores, sino que también reconoce el esfuerzo de una joven emprendedora que apostó por un proyecto auténtico en Chiapas.

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