Ángel Torres Culebro, alcalde capitalino, fue señalado por otorgar una licencia de construcción en un fraccionamiento privado. Se cuestiona si actuó por interés económico o por ignorancia del marco legal.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa Arce
El Ángel “Caído” Torres Culebro insiste en actuar fuera de la legalidad y pasar por encima de cualquier norma, violar los derechos ciudadanos y hacer evidente su prepotencia y arrogancia con los habitantes de Tuxtla, por quienes en campaña juró hacer hasta lo imposible para defenderlos, cuidar de su seguridad y generarles posibilidades de desarrollo económico. Hoy estamos en condiciones de informarle de otro exceso de este patán tabasqueño que solo llegó a Chiapas a buscar la manera de enriquecerse ilícitamente en los cargos públicos que ha ocupado. Recordemos que hay serios cuestionamientos a su gestión como titular de la Secretaría de Obras Públicas en el gobierno de Rutilio Escandón y, ahora, también como alcalde de la capital del estado. En esta ocasión, el Ángel Caído, y aunque pareciera peccata minuta, autorizó una licencia de construcción en un fraccionamiento privado, del cual, por obvias razones, omitimos nombre y dirección, pero el folio del permiso es SDU/DCU/PL/OM/0049/2025, con fecha del 4 de julio del presente año. ¿Hubo dinero de por medio? ¿Acaso fue por ignorancia? Cualesquiera de estos motivos ya representa una situación preocupante, pero sería más grave aún que se haya permitido la obra por ambas razones. Eso sería un caso sorprendente de discapacidad intelectual.
PERMISO DE DESARROLLO URBANO
Para ilustrar lo que escribimos, déjeme decirle que en el segundo párrafo de la página nueve del apartado ‘Modificaciones y mejoras a las viviendas’, el reglamento de condóminos privados establece: “No se podrá realizar ninguna obra, ampliación ni modificación de la estructura sin autorización previa de la Asociación de Condóminos, de la institución financiera correspondiente (en caso de que tengas un crédito) y del municipio, el cual expedirá una licencia de construcción. Siempre deberás apegarte al diseño arquitectónico y colores establecidos en el desarrollo”. Aquí el Ayuntamiento no tomó en cuenta a la organización representativa de los habitantes del conjunto habitacional y expidió la licencia sin mayor cautela, la cual fue revisada por el arquitecto Raúl Andrés del Saz López, jefe del Departamento de Permisos y Licencias, así como por la arquitecta Gabriela Salvatierra Pichardo, directora de Control Urbano. Obviamente, tuvo que pasar por las manos de la titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial, arquitecta Viviana León Córdova y con el visto bueno del Ángel “Caído” Torres. Toda una red de complicidades. El cuestionamiento acerca de si hubo dinero de por medio viene porque el alcalde tuxtleco ya tiene fama de ser un experto mercader en los cargos donde ha estado como representante del Grupo Tabasco. De hecho, se ha convertido en un “hombre de negocios” al amparo del poder público. Las y los chiapanecos en conjunto lo reprueban, pero de manera singular los tuxtlecos ya no lo soportan. Cada día comete más excesos y no es capaz ni siquiera de pedir disculpas. Por eso es necesario que las autoridades encargadas de investigar los presuntos ilícitos cometidos por el tabasqueño (huérfano de Rosalinda López Hernández) pronto sean expuestos a la luz pública y se le castigue con todo el peso de la ley. Esto traería un escarmiento a todos aquellos alcaldes que, como ya lo advirtió el gobernador Eduardo Ramírez, quitan el trabajo a los auténticos constructores porque se han convertido en empresarios. En el caso específico del Ángel Caído ha sido señalado de presuntos actos de corrupción desde que era funcionario del gabinete rutilista. El asunto es que ahora, al haber autorizado la licencia de construcción en un fraccionamiento privado, donde no está facultado El Caído para hacerlo sin el consentimiento de la Asamblea de Condóminos, puede meter en problemas a la persona favorecida, porque ésta está sujeta a las normas establecidas, donde se decreta que ninguno puede realizar obras sin pagar las consecuencias, inclusive, legales.
DE TAROT Y ADIVINANZA
Dicen quienes lo ven con frecuencia que el alcalde tuxtleco, el “Caído”, anda ojeroso y de muy mal humor. ¿Qué presiente? … Servidos.

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