Levi Martínez: ejemplo de constancia

35 años de labor y liderazgo respaldan su legado empresarial y social.

Eric Ordóñez/Ultimátum

Levi Martínez, empresaria chiapaneca con una trayectoria multifacética, compartió su historia de vida en el programa Zona E, conducido en esta ocasión por Gely Pacheco, en ausencia de la titular Enriqueta Burelo. Química de formación, abogada por convicción, madre de tres hijos y exdiputada federal suplente, Martínez relató cómo ha construido desde cero un emporio local con impacto social, liderando por más de tres décadas el laboratorio Biomédicos de Tuxtla.

En entrevista, Levi afirmó que su incursión en el mundo empresarial fue casi accidental, resultado de su ímpetu por avanzar sin detenerse. “No me di cuenta de cuándo empezó mi vida empresarial, simplemente iba actuando”, dijo. Fundó su laboratorio hace 35 años y desde entonces lo consideró su primer hijo. Aseguró que gracias a ese esfuerzo logró abrir muchas otras puertas, tanto en los negocios como en la vida pública.

Su relato, sin embargo, no fue ajeno a los sacrificios personales. Compartió cómo, en los primeros años, tuvo que mudarse con sus hijos a la planta alta del laboratorio para atender emergencias médicas incluso de madrugada, en medio de la incomprensión de algunos familiares. Reconoció que aquello fue una decisión dura, especialmente porque sus hijas no comprendían que, aunque estuviera físicamente cerca, el trabajo la absorbía completamente.

En lo político, fue suplente de un diputado federal durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y coordinadora estatal de la sociedad civil en aquella campaña presidencial. Aunque no ocupó formalmente una curul, su participación activa le permitió conocer las entrañas del servicio público. Aun así, afirmó que su verdadera vocación sigue siendo el trabajo y el emprendimiento, campos donde ha logrado mayor realización.

Una de sus decisiones más importantes fue estudiar Derecho ya de adulta, motivada por su entorno político. “Todos me decían licenciada, y un día dije: pues sí, voy a serlo”, contó. Esto, lejos de representar una carga, se convirtió en una etapa que la actualizó y revitalizó, especialmente porque sus hijos ya trabajaban en el laboratorio y ella pudo darse un respiro sin abandonar por completo su proyecto de vida.

Además de su faceta empresarial y política, Levi ha sido un pilar en la organización de mujeres emprendedoras. Fundó y presidió el capítulo Tuxtla Gutiérrez de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias (Amexme), organización reconocida nacional e internacionalmente. Actualmente ocupa el cargo honorífico en la comisión de Honor y Justicia de esa asociación, donde impulsa el ingreso de nuevas generaciones de mujeres al mundo empresarial. “Somos 54 mujeres en diferentes rubros; no todas con local físico, pero sí con gran visión”, explicó.

Durante la pandemia, dijo, muchas mujeres emprendieron desde casa y encontró inspiración en jóvenes que, a través de redes sociales o venta directa, comenzaron sus negocios. Reiteró que para emprender no se requiere esperar a tener todos los recursos. “Hay que empezar, hay que ofrecer lo que uno quiere vender, sin miedo al rechazo”, aconsejó.

En una parte emotiva de la charla, Martínez reveló que el divorcio fue uno de los momentos más difíciles de su vida. “Yo me casé para toda la vida. Fue doloroso, pero aprendí que hay que caminar a la par, nunca detrás ni adelante de nadie”, expresó. Aun con la separación, mantuvo una relación respetuosa con su exesposo, quien la acompañó a las graduaciones de sus hijos. “Fue su padre hasta el final”, recordó.

Levi subrayó que muchas mujeres viven el divorcio como un estigma, cuando en realidad puede ser una nueva oportunidad para crecer. “No hay que sufrir por eso. Si pasó, es por algo. Lo importante es no convertirlo en guerra”, expresó con franqueza.

Consciente de la situación actual de los jóvenes, expresó su preocupación por los crecientes casos de suicidio, incluso entre personas preparadas y con apoyo familiar. Relató el caso reciente de su ahijado, quien se quitó la vida sin una razón clara. “No sabemos qué está pasando con las nuevas generaciones. Algo en el entorno los está afectando profundamente”, advirtió.

Frente a ese panorama, insistió en fomentar el emprendimiento desde edades tempranas como una vía para empoderar a los jóvenes y alejarlos de entornos de ocio negativo. “Tengo un sobrinito que vende pastelitos y ya creó su propia marca. A esa edad, eso es admirable”, dijo orgullosa.

Actualmente, además de su laboratorio, Levi es arrendadora de locales y viviendas en Tuxtla Gutiérrez. Su pasión por la construcción la ha llevado a diversificar su patrimonio y proyectarse como una empresaria integral. Pese a los obstáculos, aseguró que nunca hizo nada por obligación, sino por gusto, y que su fórmula ha sido la constancia, la capacitación y la voluntad de adaptarse.

Para las nuevas generaciones de mujeres, Levi dejó un mensaje de aliento: “Todo se puede. Hay que decir: quiero hacerlo, y hacerlo. Nadie va a abrirte la puerta si tú no decides empujarla”. Su trayectoria —de laboratorio a legislatura, de empresaria a madre, de emprendedora a mentora— es reflejo de lo que significa construir desde el esfuerzo y la esperanza.