En Tuxtla Gutiérrez, el gobierno municipal arregló de inmediato el drenaje de la segunda sur, justo frente a la casa de Carmen Ortiz, tía política del alcalde. Mientras colonias enteras siguen entre aguas negras, cuadrillas y maquinaria atendieron el problema “urgente”.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa Arce
En Tuxtla Gutiérrez, la podredumbre no solo brota de las alcantarillas, también del descarado privilegio con el que se manejan las obras públicas y la atención a las demandas de servicios públicos. El caso más reciente lo exhibe de cuerpo entero: el arreglo del drenaje en la segunda sur entre andador San Roque y 7 oriente justo frente a la casa de la tía política del alcalde, Carmen Ortiz. ¿Coincidencia? ¿Casualidad? No. Es el sello de la casa: mientras cientos de colonias viven entre aguas negras y calles inundadas, el gobierno municipal se da tiempo y dispone de dinero para resolver de inmediato el problema en la puerta de una pariente incómodo. Los vecinos de la segunda sur fueron testigos de cómo llegaron cuadrillas, maquinaria y recursos para atender con urgencia un drenaje que, de no ser por la ubicación de la tía Carmen, seguramente estaría en la lista eterna de pendientes. Porque así funciona Tuxtla hoy: si tienes apellido, los servicios vuelan; si eres ciudadano de a pie, te hundes en la pestilencia.
Maquinaría y cuadrilla ipso facto
¿De qué sirve que el Ayuntamiento presuma programas, obras y promesas, si en la práctica todo se reduce a favores familiares? La señora Carmen Ortiz es tía de la esposa del alcalde Ángel Torres “caído” quien no es autoridad electa, no es funcionaria pública, pero en la capital parece tener más poder que un regidor. Y eso es lo que indigna: que la infraestructura, pagada con dinero de todos, se use como moneda de privilegio para unos cuantos. El caso del drenaje en la segunda sur es apenas un botón de muestra del nepotismo disfrazado de obra pública. Mientras tanto, en barrios como Patria Nueva, Las Granjas o San José Terán por citar a números colonias, las coladeras revientan cada temporada de lluvias y el Ayuntamiento no responde con prontitud porque no hay recursos”. ¿No hay para los ciudadanos, pero sí hay para la familia? La impunidad es lo que agrava este caso. Porque nadie cuestiona, nadie pide explicaciones, no obstante a que no se debe tener el uso del presupuesto para beneficio privado. Y así, el mensaje es claro: Tuxtla se gobierna como rancho familiar. El drenaje de la tía Carmen Ortiz en la segunda sur no es solo una obra menor porque además resulta cuestionable que solo haya reparado la calle frente a la casa de la famosa tía, en tanto que el carril de enfrente lo dejó tirado en los baches. La calle quedó al cien solo frente a la tía de la esposa del alcalde y eso está a la vista de todos.
De Tarot y Adivinanza
Se arregló el drenaje, pero no el de la ciudad. Se atendió el problema, pero solo para beneficiar a la tía política. Se usó el dinero público, pero el beneficio fue privilegiado. ¿Qué le parece?… Servidos.
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