La llegada a México de Hernán Bermúdez Requena, alias “El Abuelo”, desde Paraguay ocurre a 72 horas de la visita de Claudia Sheinbaum a Tabasco, tierra de Adán Augusto y López Obrador.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa Arce
La expulsión de Hernán Bermúdez Requena, alias El Abuelo, de Paraguay a México, no es un episodio aislado. Es un golpe político que estalla 72 horas antes de que la presidenta Claudia Sheinbaum aterrice en Tabasco, tierra de Adán Augusto López Hernández y del mismísimo Andrés Manuel López Obrador. ¿Coincidencia?. Porque si algo dijo alguna vez López Obrador es que un presidente sabe lo que hacen sus subalternos. Y si el hoy confinado en una cárcel de México por su presunta vinculación con el crimen organizado fue secretario de Seguridad nombrado directamente por Adán Augusto, entonces la pregunta es obligada: ¿hasta dónde llegaba la complicidad?, ¿quién se beneficiaba de la protección que “El Abuelo” ofrecía a las mafias?. Recordemos que AMLO dijo que las transas la sabe el presidente, sabe todo, autoriza aunque no firme. Que no nos quieran vender el cuento de que se mandaba solo. Un funcionario de esa talla recibe órdenes de arriba y reparte instrucciones hacia abajo. Y esas órdenes, como todo mundo sabe, cruzan la línea entre el escritorio oficial y los pactos inconfesables con el crimen organizado.
EL GRUPO TABASCO,
NO DUERME TRANQUILO
Ahora bien, que no se relaje Rutilio Escandón ni su gabinete de “seguridad”. Chiapas es vecino de Tabasco, y el Grupo Tabasco gobernó seis años nuestra tierra chiapaneca. ¿Resultado? El crimen se enseñoreó en cada rincón: crímenes, levantones, extorsión disfrazada de “cobro de piso”, policías al servicio de los capos. Ese legado no se borra con un cambio de estafeta en la gubernatura; por el contrario, sigue oliendo a complicidad. La presidenta Sheinbau habla de “cero impunidad”, agradece a Paraguay, eso es bueno pero el verdadero examen no es traer de vuelta al delincuente, sino demostrar que el hilo no se corta por lo más delgado. Porque si El Abuelo cae, pero Adán Augusto duerme tranquilo y AMLO calla y también no le alcanza la investigación, entonces el mensaje es claro: en Morena hay intocables. Rutilio y compañía lo saben: si “El Abuelo” empieza a hablar, los secretos que arrastre pueden poner a temblar más de uno tanto en Villahermosa como en Chiapas. La cadena de mando es larga, y en política, la verdad más dolorosa es también la más sencilla: el crimen no gobierna solo, siempre gobierna con alguien.
¿Hasta dónde llegará la investigación? ¿Veremos de verdad nerviosos a los grandes nombres del obradorismo? ¿O todo se quedará en el show de la captura para la foto? Y si la presidenta Sheinbaum quiere que su palabra pese más que la sombra de AMLO, tendrá que demostrarlo cayendo sobre los suyos.
DE TAROT Y ADIVINANZA
Pepe Cruz, Ángel Torres “caído” y demás secuaces emergieron del Grupo Tabasco, cabeza de la barredora. ¿Se permitirá que continúen en el senado y la alcaldía de Tuxtla con esa mácula criminal?… servidos.
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