Legisladores entregaron distinción por trayectoria médica, periodística y política.
Eric Ordóñez/Ultimátum
El Congreso del Estado de Chiapas rindió un homenaje solemne al doctor Valdemar Antonio Rojas López, figura emblemática en la medicina, el periodismo y la vida política de la entidad. El reconocimiento se llevó a cabo el pasado 22 de septiembre en el recinto legislativo de Tuxtla Gutiérrez, en un acto en el que participaron diputados, representantes del Gobierno del Estado, familiares del homenajeado e invitados especiales.
El presidente de la Mesa Directiva, Luis Ignacio Avendaño Bermúdez, acompañado por el presidente de la Junta de Coordinación Política, Mario Francisco Guillén Guillén, y por la secretaria general de Gobierno, Patricia del Carmen Conde Ruiz, en representación del gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, encabezó la ceremonia en la que se destacó la trayectoria de un hombre que, desde diversos ámbitos, contribuyó a la transformación de Chiapas.
En la primera intervención, la diputada Jovannie Maricela Ibarra Gallardo, del Partido Acción Nacional, señaló que resumir la vida de Valdemar Antonio Rojas López es hablar de un legado múltiple y trascendente. Recordó su formación académica como médico cirujano en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su especialidad en ginecología y obstetricia realizada en Maryland, Estados Unidos, y su regreso a Tuxtla Gutiérrez, donde fundó el sanatorio Rojas, institución que acercó servicios médicos de calidad a las mujeres y familias de la capital chiapaneca. Subrayó que su capacidad profesional se conjugó siempre con un compromiso social que lo llevó a explorar otros ámbitos, como el periodismo y la política.
La legisladora relató que en la década de los setenta, Rojas López escribió en diarios locales y fundó su propio medio, la Estrellita del Oriente, desde donde ejerció una crítica directa a los excesos del poder. Esa voz disidente lo llevó en 1976 a contender por la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez como candidato del Partido Acción Nacional (PAN), en un contexto donde los triunfos opositores parecían imposibles. Su victoria fue considerada un parteaguas en la historia política local, pues abrió la puerta a la alternancia en la capital chiapaneca y demostró que la voluntad ciudadana podía imponerse frente al sistema hegemónico.
Posteriormente, tomó la palabra el médico Francisco Rojas Toledo, hijo del homenajeado, quien visiblemente emocionado agradeció a nombre de su familia la distinción otorgada por el Congreso. Señaló que este homenaje fue impulsado por el gobernador Eduardo Ramírez y adoptado por la Legislatura, lo que otorgó un valor adicional a la ceremonia. Recordó pasajes de la vida de su padre en los que, dijo, quedó de manifiesto su integridad, su valentía y su compromiso con la democracia, incluso en escenarios adversos. Narró episodios en los que el doctor Valdemar sufrió agresiones, difamaciones, encarcelamientos e incluso atentados por sostener sus posturas críticas frente al poder, sin que ello lo hiciera claudicar en su lucha por la libertad y la justicia.
“Para mí —dijo— este reconocimiento significa que Chiapas comienza a reconocer a quienes han sido críticos del sistema y a entender que el disenso también construye democracia. Nunca imaginé que se rendiría este homenaje a mi padre, pero lo recibimos con profunda gratitud y con el compromiso de seguir sus enseñanzas de dignidad y valentía”, expresó.
El presidente del Congreso, Luis Ignacio Avendaño, subrayó que el homenaje no solo reconocía la trayectoria personal del doctor Rojas López, sino también a todos los chiapanecos que, desde distintos espacios, han contribuido a la construcción democrática.
Afirmó que la vida del homenajeado demostraba que el poder tiene sentido únicamente cuando se ejerce para servir al pueblo, y destacó que su triunfo de 1976 sigue siendo un referente de cómo la voluntad ciudadana puede abrir brechas en contextos adversos.
Finalmente, llegó el turno del propio homenajeado. Valdemar Antonio Rojas López, de 97 años de edad, agradeció la distinción con un discurso cargado de anécdotas y reflexiones. Se definió como un “fanático de la democracia” y recordó que, para él, la libertad de expresión había sido siempre el preludio indispensable de cualquier régimen democrático. Relató que en distintas etapas sufrió represalias por sus críticas, desde bloqueos informáticos hasta ataques directos a su patrimonio, pero sostuvo que nunca renunció a ejercer su derecho a la palabra.
“Lo único que he hecho en mi vida —dijo— ha sido cumplir con mis obligaciones como ciudadano, respetar las leyes y luchar por la democracia, porque aunque no es el mejor sistema de gobierno, sí es el menos malo de todos. Por eso le dediqué mis mejores años y por eso sigo escribiendo cada lunes, aunque sea solo en redes sociales, para expresar lo que pienso”.
El doctor Rojas también hizo referencia a los retos actuales de Chiapas, a la deuda social heredada por gobiernos anteriores y a la necesidad de recomponer las condiciones de seguridad y justicia. Reconoció esfuerzos de la actual administración, pero exhortó a no bajar la guardia frente a los rezagos en pobreza, marginación y violencia. Con un tono crítico pero esperanzador, pidió a las nuevas generaciones que no renuncien a construir un Chiapas distinto.
El homenaje concluyó con la entrega formal del reconocimiento por parte de los presidentes de la Mesa Directiva y de la Junta de Coordinación Política, seguida de la fotografía oficial con legisladores, familiares e invitados. Para los presentes, el acto significó no solo la distinción a una trayectoria personal, sino la reivindicación de una historia de lucha ciudadana que marcó el rumbo de la democracia en la entidad.
De esta manera, el Congreso del Estado inscribió en su calendario cívico la vida y obra de un chiapaneco que ha dejado huella en múltiples ámbitos y que, a sus casi cien años, sigue siendo referente de dignidad, congruencia y compromiso social.
