Regidor enunció que las quejas ciudadanas se acumulan mientras el alcalde “solo toma nota”.
Eric Ordóñez/Ultimátum
Tuxtla Gutiérrez enfrenta desde hace meses una crisis silenciosa que se refleja en calles sucias, contenedores desbordados, olores insoportables y un sentimiento de abandono ciudadano. El problema de la basura, que debería resolverse con un servicio básico y eficiente de recolección, se ha convertido en un dolor de cabeza para la población capitalina. Así lo expuso el regidor de Morena en el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, Miguel Ángel Zárate Izquierdo, en entrevista con Ultimátum MX, donde denunció que las constantes quejas de la ciudadanía no se traducen en soluciones y que, a pesar de las reiteradas intervenciones en Cabildo, el alcalde Ángel Torres solo responde con un “toma nota” que nunca pasa del papel.
El regidor no solo enumeró las deficiencias del servicio, también presentó evidencias que recibe a diario en su teléfono o en redes sociales: fotografías de contenedores repletos, colonias que pasan más de una semana sin recolección y escuelas cercanas a depósitos improvisados de basura que ponen en riesgo la salud de los estudiantes. “He insistido al presidente municipal que la ciudadanía debe ser informada. No basta con decir que se toma nota; es obligación del secretario de Servicios Municipales rendir cuentas claras de por qué no se recolecta adecuadamente”, afirmó.
De acuerdo con Zárate, la recolección en algunas colonias periféricas llega a tardar hasta 15 días, lo que genera focos de infección. En el centro de la ciudad, la acumulación de desechos daña la imagen urbana y proyecta un Tuxtla descuidado ante propios y extraños. “No es posible que frente a la catedral o en pleno corazón de la capital haya contenedores desbordados y malos olores. Eso espanta al turismo y degrada la vida cotidiana”, comentó.
El funcionario recordó además que el contrato con la empresa Veolia, encargada de la recolección de basura en Tuxtla, vence en junio de 2026. A menos de un año de distancia, el Ayuntamiento no ha definido si asumirá directamente el servicio, si pedirá al Congreso la creación de un organismo público descentralizado o si lanzará una nueva licitación. “Es preocupante que no tengamos información. Somos Cabildo, también nos corresponde decidir, pero no hay transparencia ni certeza sobre qué pasará con el servicio”, dijo.
El problema, explicó Zárate, no se limita a la basura. Se trata de un reflejo de la falta de planeación del Ayuntamiento en temas básicos como la limpieza, el bacheo o el alumbrado. “Yo mismo sufrí un accidente al caer en un bache en el Libramiento. Mi llanta se reventó y pensé en el riesgo que representa para quienes circulan a diario por esa vía. Si un regidor lo vive, imagínense la gente común que no tiene a quién acudir”, relató.
Ante la falta de respuestas municipales, el regidor reconoció el respaldo del Gobierno del Estado en algunas áreas. Recordó que gracias a un programa impulsado por el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar se colocaron luminarias en colonias que llevaban años en penumbras. También se reforzó la seguridad en ciertos puntos y se emprendieron acciones de bacheo tras las lluvias. “El gobernador ha tenido que entrar en auxilio de Tuxtla, pero eso solo demuestra que el Ayuntamiento se ha quedado corto”, subrayó.
El malestar ciudadano se refleja también en redes sociales. Los mensajes que recibe el regidor van desde reclamos por contenedores abandonados hasta advertencias de un posible “tapachulazo”, en alusión a la protesta en la que habitantes de Tapachula arrojaron basura frente al palacio municipal en años recientes. “La gente está molesta y no descarto que suceda algo similar en Tuxtla. Por eso insisto en que se actúe antes de que la indignación se desborde”, puntualizó.
Durante la entrevista, Zárate insistió en que no se quedará callado. Aseguró que en cada sesión de Cabildo llevará las denuncias que le envían los ciudadanos. “Mientras el presidente toma nota, nosotros vamos a seguir señalando lo que está mal. No podemos dejar que los tuxtlecos sigan viviendo entre basura y malos olores”, enfatizó.
El regidor advirtió que no se trata solo de un problema de imagen o de incomodidad, sino de un riesgo de salud pública. “Tener basura acumulada cerca de las escuelas es un atentado contra la salud de los niños. Puede provocar infecciones, plagas y enfermedades respiratorias. Eso es lo más grave”, apuntó.
En su comentario final, Zárate agradeció el respaldo ciudadano y llamó a los habitantes a continuar enviando sus denuncias para fortalecer la exigencia colectiva. “Cada mensaje, cada fotografía, cada denuncia que me hacen llegar es la voz de la gente. Yo estoy comprometido a llevarla al Cabildo y no voy a dejar de insistir hasta que tengamos un servicio digno. Los ciudadanos pagan impuestos, merecen resultados y no excusas”, concluyó.
La crisis de la basura en Tuxtla no es nueva, pero hoy luce más aguda. Mientras la administración municipal guarda silencio, las calles hablan por sí mismas. Contenedores saturados, bolsas rotas en banquetas, animales hurgando entre desechos y un aire enrarecido en la capital chiapaneca se han vuelto parte de la rutina. Entre tanto, la ciudadanía espera que las notas tomadas por el alcalde se traduzcan al fin en acciones concretas.

