Este jueves, el jefe del Ejecutivo encabezará la entrega de Doctorados Honoris Causa a Antonio García de León, Carlos Alberto Navarrete y Javier Espinosa. La ceremonia se llevará a cabo en el Centro de Convenciones de la universidad, con la gratulatoria a cargo del rector Oswaldo Chacón.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa
Este jueves 25, el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar encabezará la investidura y entrega de insignias del Doctorado Honoris Causa a tres personalidades que son referentes de la cultura y el pensamiento en nuestra actualidad. Antonio García de León y Griego, Carlos Alberto Navarrete Cáceres y Javier Espinosa Mandujano. La ceremonia tendrá lugar en el Centro de Convenciones Dr. Manuel Velasco Suárez de la UNACH, con la gratulatoria a cargo del rector Oswaldo Chacón Rojas, antes del mensaje final del jefe del Ejecutivo. Un acto académico que, más allá de su solemnidad, se convierte también en un espacio político, al proyectar un Chiapas que honra la sabiduría, la memoria y la historia, en tiempos donde lo que más escasea es justamente la visión de futuro.
Los Honoris Causa
Javier Espinosa Mandujano, a sus 92 años, es símbolo viviente de la intelectualidad chiapaneca. Historiador, jurista, humanista, fundador de instituciones y Premio Chiapas. Su trayectoria es un legado de compromiso con la educación y la cultura. Carlos Alberto Navarrete Cáceres, guatemalteco universal, arqueólogo y antropólogo, ha dedicado su vida al estudio de la cultura maya. Sus investigaciones han sido puentes entre Guatemala y Chiapas, entre pasado y presente, entre pueblos que comparten raíces y memoria.
Antonio García de León Griego, veracruzano de talla internacional, historiador y musicólogo, Premio Nacional de Ciencias y Artes, autor de “Resistencia y utopía”, una obra monumental sobre Chiapas. Su pluma y su música han dado voz a la historia profunda y al Caribe mestizo que nos define. Tres trayectorias que elevan el nivel del reconocimiento y nos recuerdan que la verdadera grandeza de un estado no está en la opulencia de sus gobernantes, sino en la riqueza de sus pensadores. El gobernador Ramírez Aguilar sabe que este evento no es un mero protocolo. Es una vitrina para proyectar un rostro distinto de su administración, el de un Chiapas que valora la ciencia, la historia y la cultura, después de años en que la política se asoció solo con deudas y saqueo. La investidura, por tanto, es también un mensaje político, que se sintetiza en el esfuerzo de construir un nuevo relato de respeto, humanismo y memoria.nPero la grandeza de estos hombres no puede ser usada como ornamento pasajero. Sus vidas son ejemplo de lo que implica hacer historia desde la palabra y la acción.
