Franja Sur / René Alberto López
La realidad que vive hoy el estado de Tabasco en materia política es muy distinta a la que esperaban los opositores que pretendían un cambios del estado de cosas en aquellas históricas luchas del PRD del pasado, el de los Darvin González Ballina, Auldárico Hernández Gerónimo, Nicolás Heredia, Dorilián Díaz Pérez, Javier López Cruz, por citar a algunos de los líderes de entonces que, ciertamente, eran capitaneados por López Obrador, pero tocaba a estos poner el pecho en las movilizaciones.
Baste ver dónde estaban los que hoy detentan el poder en Tabasco, aquel lejano 1995, cuando la toma de Plaza de Armas y el desalojo violento a manos de las hordas del PRI de entonces, apoyados por la fuerza pública.
La gran pregunta sería: ¿Sirvieron de algo aquellas feroces luchas con repetidas marchas de protestas, cientos de plantones, tomas de instituciones, cierres de carreteras, líderes encarcelados, sin olvidar aquellos éxodos a la Ciudad de México y los muertos en accidentes carreteros como el ocurrido en una zona de Veracruz?
Si lo medimos con lo que finalmente logró su promotor y dirigente López Obrador, claro que sí, lo llevó al Palacio Nacional y por primera vez un tabasqueño es presidente de México para orgullo de no pocos paisanos y, decepción y preocupación para otro tanto.
Ahora, si lo enfocamos hacia el estado de Tabasco, entonces ahí es donde la “tunca tuerce el rabo”, dirían en mi pueblo, pues se luchó para cambiar el estado de cosas, mas esta entidad sigue igual que en los tiempos del PRI, incluso el sexenio que encabeza Adán Augusto es parecido, es una copia fiel del gobierno encabezado por Manuel Gurría, y basta con echarle un vistazo a los políticos que tienen las riendas del estado.
Vea el lector: tres poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial en manos de tres amigos, compañeros de profesión y dos de ellos hasta compadres que, estaban en el bando contrario contra los que lucharon aquellos esforzados perredistas del pasado y aquí cae como anillo al dedo la frase: “Nadie sabe para quién trabaja”.
En efecto, cuando Tabasco se debatía en aquellas luchas políticas contra el PRI, fíjese bien, en el bando del tricolor tomaron parte, por ejemplo, Jaime Lastra Bastar, quien fungió en la gestión de Manuel Gurría como subsecretario de Gobierno, ahora es el líder del Congreso del estado y detenta la estafeta del Poder Legislativo.
Adán Augusto, hoy gobernador de Tabasco con licencia y secretario d Gobernación. En aquellos aciagos años (1991-1993) también tenía una cartera de subsecretario en la secretaría de Gobierno, cuyo titular era ni más ni menos que Enrique Priego Oropeza, a quien en agradecimiento hoy le pagó el favor al ponerlo como Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Tabasco. Poder Judicial.
Esto es, reverdeció el sexenio de Manuel Gurría Ordóñez, ahora en manos de Carlos Merino, amigo del alma de Adán Augusto. Esto es, sus amigos y compadres en el poder, mientras que los opositores reales que lucharon por “el cambio en Tabasco” están desaparecidos.
Pero, hay que decirlo, el promotor y hacedor del movimiento de aquel PRD en Tabasco, sí le sacó jugo a esas manifestaciones, pues hoy despacha en Palacio Nacional, aunque en su tierra “entregó el movimiento al PRI”, cuyos ex priístas sólo se cambiaron la chaqueta y hoy lucen como flamantes gobernantes de Morena. Y hay quienes creen que en Tabasco murió el PRI.
Ahí se las dejo.
La puritita verdad, diría don pilaron, en Tacotalpa.
Por supuesto que en Tabasco no a llegado el cambio que prometió la cuarta transformación. si los tabasqueño reciben el apoyo gracias al presidente López Obrador. Por qué el gobierno de Tabasco no an implementado ningún programa en beneficio de los tabasqueño..