¿Cuál será el destino final del caído? La barredora lo espera. ¿No cree usted eso?
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa Arce
Ángel Torres Culebro está más que nunca en la lona. El harakiri político se lo dará la misma barredora que lo auspició, la vergüenza criminal llamado grupo Tabasco. Quienes lo apadrinaron con tufo a barredora terminarán mandándolo al cesto de la basura, porque en Tuxtla no tiene reconocimiento ni del gobierno de Eduardo Ramírez ni mucho menos de la ciudadanía que lo repudia por corrupto e inepto. Su imagen pública se desplomó y hoy solo acumula desprestigio. El repudio no es gratuito. Torres Culebro ha convivido y protegido a acosadores sexuales con total desparpajo, confirmando que su “gobierno” municipal fue un refugio para los impresentables. El caso más indignante es el de Maximiliano Betanzos, director de Indeporte Tuxtla, quien pese a los señalamientos directos de atletas y madres de familia, goza del manto protector del alcalde caído. Madres buscadoras le pidieron directamente su destitución, pero el munícipe prefirió tomar nota y guardar silencio, demostrando que su complicidad pesó más que la justicia.
Convive y protege a acosadores
No menos escandaloso resulta su respaldo a Juan Carlos Salazar Suárez, su incondicional que ocupó la dirección de Arte y Cultura, exhibido por acoso sexual. Aunque finalmente fue removido, lo hizo protegido por el cobijo del edil, y hoy pretende reinventarse rumbo a un cargo de elección en 2027. Una burla para las víctimas y un recordatorio de que en la administración de Torres Culebro los acosadores siempre encontraron techo y complicidad. La corrupción también fue la marca de la casa en el Instituto Tuxtleco de Arte y Cultura (ITAC). Allí dejó antecedentes de trapacerías exigiendo hasta 2,500 pesos quincenales a directores a cambio de permitirles ausentarse. El descaro fue tal que la dirección del Museo de la Marimba quedó acéfala, porque simplemente no aceptaron entrar al juego sucio. Se dice que el operador de estas transas fue Gerardo Hernández Arcos, pieza clave en este entramado de corrupción menor pero sistemática. En suma, el paso de Ángel Torres por la presidencia municipal será recordado como un desastre, un edil sostenido por padrinos del grupo Tabasco que ya no lo protegen, repudiado por la gente y exhibido por su ineptitud. Hoy, más que nunca, Ángel Torres carga con el peso de sus propios errores. Y lo que sigue no es el perdón ni el olvido, es el rechazo social y político que lo dejará marcado como el peor alcalde de Tuxtla.
Tarot y adivinanza
¿Cuál será el destino final del caído? La barredora lo espera. ¿No cree usted eso?… Servidos.

