¿Y si el dinero de los partidos sirviera para el pueblo?
Enriqueta Burelo/Ultimátum
Cada año, los seis partidos nacionales reciben 12 mil 669 millones de pesos del presupuesto público. Una cifra tan grande que cuesta imaginarla. Pero pensemos un momento: ¿qué podría hacerse con todo ese dinero si en lugar de financiar campañas, estructuras partidistas y propaganda, se invirtiera directamente en beneficio de la gente?
Con esos recursos se podrían construir 120 hospitales comunitarios, o rehabilitar más de 10 mil escuelas públicas. También alcanzarían para otorgar un millón de becas a estudiantes que hoy tienen que elegir entre estudiar o trabajar. En el campo, podrían apoyarse 250 mil productores rurales con incentivos para mejorar su cosecha, o financiar proyectos de mujeres que transforman sus comunidades desde abajo.
Doce mil millones también bastarían para dar vivienda digna a cien mil familias, instalar paneles solares en comunidades sin electricidad o llevar agua potable a más de un millón de personas. En pocas palabras: ese dinero podría cambiar la vida de millones de mexicanos.
Sin embargo, año tras año, los partidos se reparten esos recursos sin rendir cuentas claras, mientras el país enfrenta hospitales sin medicinas, escuelas deterioradas y comunidades olvidadas. Los ciudadanos tenemos derecho a preguntarnos: ¿por qué el dinero público sigue financiando estructuras partidistas en lugar de fortalecer derechos básicos?
En tiempos en que se habla tanto de austeridad y transformación, sería justo abrir un debate serio sobre el uso del dinero público en la política. Los partidos son necesarios en la democracia, sí, pero no a costa del bienestar de la gente.
Quizá ha llegado la hora de exigir que ese dinero sirva realmente al pueblo, no a las campañas ni a los intereses de unos cuantos. Porque al final, ese dinero es nuestro.

