El sexenio del hoy cónsul general de México en Miami, dejó a la cultura en ruinas y a la educación sin refugio en zonas golpeadas por la violencia.
Eric Ordóñez/Ultimátum
Durante la administración de Rutilio Escandón Cadenas, la cultura chiapaneca fue una de las víctimas silenciosas de la inseguridad. La directora general del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas (CONECULTA), Angélica Guadalupe Altúzar Constantino, reconoció que la violencia provocó el cierre de al menos 80 bibliotecas públicas en distintas regiones del estado.
Aunque la mayoría de las casas de cultura lograron mantenerse activas, las bibliotecas fueron las más golpeadas por el abandono, el deterioro y los conflictos sociales. “Se cerraron más las bibliotecas públicas. En el caso de las bibliotecas, había 80 cerradas; este año se abrieron 10, porque no es tan sencillo”, declaró Altúzar.
La funcionaria explicó que varios recintos culturales se vieron obligados a cerrar por inseguridad y desplazamiento. En Pantelhó, por ejemplo, la biblioteca municipal fue incendiada durante enfrentamientos comunitarios, lo que provocó la pérdida total del acervo. “Todos los libros fueron quemados, pero hace unos meses, junto al secretario de Educación, llevamos talleres y un nuevo lote de libros, y ya fue reabierta”, relató.
Altúzar Constantino también señaló que, aunque la seguridad ha mejorado en algunas zonas, el deterioro físico sigue siendo un reto: “Hay todavía bibliotecas cerradas, deterioradas. Ya no es el tema de la seguridad, sino este diálogo con los municipios para recuperar el material bibliográfico que se perdió”.
Casos como el de La Trinitaria reflejan la magnitud del abandono: bibliotecas con vidrios rotos, techos dañados, humedad y polvo acumulado. El olvido oficial fue tal, que el crimen organizado llegó incluso a ocupar o vandalizar algunos recintos culturales. “Estamos hablando de espacios cerrados durante años, donde la lluvia, el polvo y el abandono provocaron daños irreversibles”, puntualizó la funcionaria.
La reapertura paulatina de 10 bibliotecas este año representa apenas un intento por reconstruir el tejido social que la violencia y la indiferencia estatal rompieron. “Hubo lugares donde los niños dejaron incluso de ir a la escuela. En Pantelhó, por ejemplo, fueron dos años de pandemia y otros dos por la inseguridad”, recordó Altúzar.
DESVÍOS Y CUENTAS PENDIENTES
A la crisis cultural se suma un panorama financiero alarmante. De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), los gobiernos de Chiapas y Veracruz concentraron el 38.9 por ciento de los recursos federales observados en la Cuenta Pública 2024, con más de 1,700 millones de pesos por aclarar.
En el caso de Chiapas, la administración de Escandón acumuló 678.5 millones de pesos sin comprobar, equivalentes al 14.7% del total nacional. Las auditorías revelaron irregularidades en fondos destinados a salud, educación, infraestructura social y fortalecimiento de las entidades federativas.
Las observaciones más graves fueron la falta de documentación justificativa del gasto, el pago de remuneraciones indebidas, transferencias a cuentas bancarias no autorizadas, subejercicios y bienes adquiridos no localizados.
Los resultados colocan a Chiapas como uno de los gobiernos estatales con mayor opacidad en el manejo de recursos públicos. La ASF precisó que de los 4,607.6 millones de pesos pendientes de comprobar a nivel nacional, la entidad chiapaneca figura junto a Veracruz y Durango entre las de mayor riesgo financiero.
Las cifras contrastan con el discurso de austeridad promovido durante el sexenio, ya que mientras se reducían presupuestos para cultura o infraestructura, millones de pesos desaparecían entre pagos improcedentes y obras inconclusas.
UN ORIGEN BAJO SOSPECHA
El deterioro institucional que marcó al gobierno de Rutilio Escandón no solo se refleja en los números o en el abandono de los espacios culturales, sino también en la legitimidad con la que llegó al poder.
El regidor del Ayuntamiento de Cuautitlán Izcalli, Fernando Castellanos Cal y Mayor, acusó al exgobernador de fraude electoral durante las elecciones de 2018, cuando compitió por la gubernatura de Chiapas.
“El hoy cónsul de México en Miami desapareció actas durante el proceso electoral”, señaló Castellanos, exaspirante a la gubernatura por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). “Los que operaban los órganos electorales y los compinches en el gobierno de Rutilio hicieron más trucos que el Mago Frank”, ironizó.
El exalcalde de Tuxtla Gutiérrez recordó que su equipo documentó irregularidades durante la jornada electoral y que las denuncias fueron desestimadas pese a la evidencia. “Aun así, la voluntad del pueblo siempre quedó clara y la historia se encargó de mostrar quién tenía la razón”, escribió en redes sociales.
Castellanos celebró que “los tiempos de los tabasqueños gobernando Chiapas quedaron atrás” y elogió el inicio de una nueva etapa con Eduardo Ramírez Aguilar, a quien describió como “un gobernador de resultados que está escribiendo su nombre con letras firmes en la historia”.
UN SALDO DE RUINAS Y DEUDAS
El sexenio de Rutilio Escandón dejó a Chiapas fracturado institucionalmente, culturalmente abandonado y financieramente observado. La inseguridad apagó la vida cultural en decenas de municipios; los recintos artísticos se deterioraron sin mantenimiento, y los recursos públicos fueron cuestionados por la ASF.
Mientras la violencia desplazaba comunidades y el crimen organizado incendiaba bibliotecas, el gobierno estatal presumía estabilidad y desarrollo. La realidad, sin embargo, muestra un estado que sobrevivió más por la resistencia de su gente que por la eficacia de su administración.
Hoy, con Escandón fuera del país —nombrado cónsul de México en Miami—, persisten las secuelas de un gobierno que prometió transformación y terminó heredando un Chiapas lleno de deudas, grietas y silencios.
