Ultimatum Chiapas
  • Noticias
    • Chiapas
    • Nacional
    • Municipios
    • Editorial
  • Opiniones
  • Policiacas
  • Deportes
  • Entretenimiento
  • Tecnología
No Result
View All Result
  • Noticias
    • Chiapas
    • Nacional
    • Municipios
    • Editorial
  • Opiniones
  • Policiacas
  • Deportes
  • Entretenimiento
  • Tecnología
No Result
View All Result
Ultimatum Chiapas
No Result
View All Result
Home Opiniones

JAMES D. WATSON: ADN, NOBEL Y RACISMO

17 de noviembre de 2025
in Opiniones
Este hallazgo, basado también en imágenes de cristalografía de Rosalind Franklin y Maurice Wilkins, revolucionó la biología molecular y permitió entender cómo la información genética se copia y hereda de una generación a otra.

Este hallazgo, basado también en imágenes de cristalografía de Rosalind Franklin y Maurice Wilkins, revolucionó la biología molecular y permitió entender cómo la información genética se copia y hereda de una generación a otra.

Compartir en FacebookCompartir en Twitter
Este hallazgo, basado también en imágenes de cristalografía de Rosalind Franklin y Maurice Wilkins, revolucionó la biología molecular y permitió entender cómo la información genética se copia y hereda de una generación a otra.

ECOLOGÍA HUMANA/Amado Ríos Valdez

James D. Watson (1928-2025), fallecido recién el 6 de noviembre del 2025, fue un biólogo estadounidense célebre por haber descubierto junto a Francis Crick la estructura de doble hélice del ADN en 1953. Este hallazgo, basado también en imágenes de cristalografía de Rosalind Franklin y Maurice Wilkins, revolucionó la biología molecular y permitió entender cómo la información genética se copia y hereda de una generación a otra. Por este trabajo pionero, Watson recibió el Premio Nobel de Medicina en 1962 (junto a Crick y Wilkins). Con sólo 25 años ya había dado al mundo una de las claves fundamentales de la genética.

La doble hélice: un hallazgo revolucionario
En abril de 1953, Watson y Crick publicaron en la revista Nature la descripción de la molécula de ADN como dos cadenas enrolladas en una “doble hélice” . Esta geometría explicó de inmediato cómo el ADN puede copiarse durante la división celular, pues las dos cadenas son complementarias y cada hebra sirve de molde para formar una nueva. Gracias a este modelo, se sentaron las bases de la biología molecular moderna: el ADN se convirtió en la “llave maestra” para entender la herencia biológica de todos los seres vivos. En palabras de Watson, la doble hélice es “el secreto de la vida” (secret of life) porque contiene la información genética que define a cada organismo.

Por este descubrimiento, Watson y Crick compartieron el Premio Nobel de Medicina en 1962. (Maurice Wilkins fue el tercer laureado; Rosalind Franklin, cuya famosa foto de rayos X fue clave, había fallecido y no fue reconocida en el Nobel). El anuncio del Nobel consagró a Watson como figura central de la ciencia, y su carrera quedaba asociada para siempre al ADN.

Más allá de la doble hélice: genoma y cáncer
Tras el Nobel, Watson continuó haciendo importantes aportes en genética. Fue uno de los mayores impulsores de la iniciativa del Proyecto Genoma Humano en las décadas de 1980 y 1990, destinado a leer por completo las secuencias del ADN humano. Su trabajo también exploró las bases moleculares del cáncer. De hecho, llegó a ser director del Laboratorio Cold Spring Harbor (Nueva York) y luego rector de esa institución, donde promovió estudios sobre cáncer y biología celular.

Gracias a estas contribuciones, Watson ganó aún más prestigio en la comunidad científica. El hallazgo de la doble hélice fue un hito histórico y punto de partida para el estudio del genoma humano y determinante para el desarrollo de la biotecnología moderna, la biología molecular y nuevas disciplinas científicas. En la práctica, ello permitió avances cruciales: hoy se sabe que prácticamente todas las enfermedades humanas tienen algún componente genético. También posibilitó la ingeniería genética de cultivos y de vacunas (como las vacunas de ARN mensajero contra el COVID-19), la terapia génica para enfermedades hereditarias, y un enorme progreso en medicina y biotecnología. El legado científico de Watson está así presente en gran parte de la biología y medicina modernas.

Declaraciones racistas desatan la polémica
Sin embargo, la carrera de Watson se vio empañada por polémicas declaraciones públicas en las que sostenía ideas racistas sobre la inteligencia. En 2007, durante una entrevista con The Sunday Times, Watson afirmó que era “pesimista” sobre el futuro de África y dijo textualmente: “Todas nuestras políticas sociales se basan en el hecho de que su inteligencia es la misma que la nuestra… cuando todos los estudios dicen que no es así. (…) La gente que tiene que tratar con empleados negros se da cuenta de que esto no es verdad” . En 2019, en el documental Decoding Watson de la cadena PBS, volvió a plantear sus teorías discriminatorias señalando: “Entre los blancos y los negros hay diferencias en los resultados de las pruebas de inteligencia. Yo diría que la diferencia es genética” . Estas citas textuales de Watson incendiaron la opinión pública: asociar la raza con la inteligencia fue considerado racismo científico sin fundamento.

Watson justificó sus comentarios con argumentos supuestamente científicos, pero sus afirmaciones fueron rechazadas por la comunidad académica. Por ejemplo, el genetista Francis Collins, entonces director de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., declaró que es “decepcionante que alguien que ha hecho contribuciones tan innovadoras a la ciencia esté perpetuando creencias tan dañinas y tan infundadas científicamente” . En general, científicos de diferentes países recordaron que no existe base genética que relacione “raza” con cociente intelectual. Las pruebas de inteligencia varían por factores sociales y ambientales; por ejemplo, en promedio tienen mejor desempeño quienes reciben mejor educación, alimentación y cuidados médicos, independientemente de su color de piel.

Reacciones científicas y sanciones
Las declaraciones de Watson tuvieron consecuencias directas sobre su carrera y su reputación. Tras su entrevista de 2007, Watson pidió disculpas por sus palabras, pero fue ampliamente repudiado en el mundo académico. En aquella ocasión se vio obligado a renunciar a su cargo de rector del Laboratorio Cold Spring Harbor (New York). La institución comenzó a desligarse de él. En los años posteriores perdió casi todos sus honores académicos: en enero de 2019 el propio Cold Spring Harbor informó que le retiraba tres títulos honoríficos –entre ellos “rector emérito” y “profesor emérito”– por sus comentarios xenófobos. El laboratorio declaró que esas opiniones eran “reprobables, no sostenidas por la ciencia” y “no representan en modo alguno” los valores de la institución. Otras organizaciones científicas renunciaron a vínculos con Watson: por ejemplo, le cancelaron conferencias programadas y Harvard (donde era profesor emérito) también distanció su nombre de actividades académicas.

En conjunto, la comunidad científica respondió condenando sus tesis racistas. La Asociación Americana de Genética Humana emitió un comunicado alarmada por el resurgimiento de grupos que utilizan ideas genéticas distorsionadas para justificar la supremacía blanca. El director del laboratorio de Cold Spring Harbor dijo que los comentarios de Watson eran “censurables” y no tenían apoyo en la ciencia . En definitiva, el prestigio de Watson quedó profundamente dañado. Varios historiadores de la ciencia señalan que, pese a su enorme aporte biológico, su figura pública terminó siendo asociada tanto con el genio científico como con un discurso racista que hoy se considera inaceptable.

Aunque el interés general sigue reconociendo la importancia de la doble hélice, el legado de Watson ha quedado marcado por estas controversias. Tras su muerte, el 6 de noviembre de 2025, muchos medios enfatizaron que James Watson, “padre” del ADN, dejó atrás un legado doble: por un lado, un avance científico de alcance universal; por otro, unos comentarios racistas que le costaron honores académicos y el reconocimiento de sus pares. Su historia es así un recordatorio de que incluso los grandes descubrimientos científicos pueden verse ensombrecidos por actos personales reprobados por la sociedad y la comunidad científica.

Este hallazgo, basado también en imágenes de cristalografía de Rosalind Franklin y Maurice Wilkins, revolucionó la biología molecular y permitió entender cómo la información genética se copia y hereda de una generación a otra.
Este hallazgo, basado también en imágenes de cristalografía de Rosalind Franklin y Maurice Wilkins, revolucionó la biología molecular y permitió entender cómo la información genética se copia y hereda de una generación a otra.
Ultimatum Chiapas

© 2025 Editorial MOSA
Sitio creado por XION Tecnologías.

Navegación

  • Aviso de Privacidad

Redes Sociales

No Result
View All Result

© 2025 Editorial MOSA
Sitio creado por XION Tecnologías.