A cinco días de que Eduardo Ramírez cumpla su primer año de gobierno, el balance que se destaca es la recuperación del territorio y la paz pública.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa Arce
A cinco días de que el Dr. Eduardo Ramírez Aguilar cumpla su primer año como gobernador de Chiapas, ya hay algo que no se puede negar ni discutir: en Chiapas hay de gobierno, en Chiapas hay Ley, y con eso, volvió la paz, volvió la tranquilidad, y sobre todo, volvió la esperanza. Porque hace apenas un año, lo que imperaba en nuestra querida tierra era el miedo, miedo a transitar, miedo a vender, miedo a vivir. Cada región era rehén de grupos criminales, de bloqueos, de extorsiones, de fuegos cruzados. Incluso en la capital, Tuxtla Gutiérrez, la psicosis era parte de la vida cotidiana con “embolsados” con “cuerpos colgados en los puentes”. Las carreteras estaban secuestradas y el turismo, la producción y el comercio estaban al borde del colapso. Pero eso cambió y cambió porque llegó alguien que asumió que gobernar no es administrar la inercia del desastre, sino restablecer la ley.
SE RECUPERA TERRITORIO
Ayer mismo, en Villaflores, Eduardo Ramírez Aguilar puso en marcha el programa “Carretera Segura”, un mensaje claro y directo de que el estado no está solo, de que hay presencia, de que se va a cuidar a quien se mueva por Chiapas en estas fiestas decembrinas. Más que una acción logística, es un acto tangible del regreso del Estado a su deber elemental. Y si alguien lo duda, basta mirar los hechos del pasado domingo. Tres vehículos incendiados por criminales, un intento de sembrar terror, pero la respuesta fue inmediata y contundente porque en menos de 24 horas, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, junto con la Fiscalía General del Estado, reportaron la detención de un responsable. También, horas más tarde un robusto operativo por aire y tierra neutralizó a dos más identificados en las inmediaciones de Cristóbal Obregón como generadores de violencia. Esto no es casualidad, es resultado de una coordinación eficaz y determinante entre el Fiscal General del Estado, Jorge Luis Llaven Abarca y el Secretario de Seguridad del Pueblo, Óscar Aparicio Avendaño, dos funcionarios que, lejos de desentenderse y estar en la holganza o sentarse a negociar con el crimen organizado le cumplen al gobernador encarando a quienes aún se resisten a temerle a la aplicación de la Ley. Este primer año del gobierno de Eduardo Ramírez, no registra cero hechos de violencia porque ninguno lo tiene en un ningún lugar del mundo, pero tiene un mérito incuestionable: recuperó el control del territorio, y en un estado como Chiapas, eso vale más que mil discursos. La gente puede volver a moverse, puede volver a producir, puede volver a creer. Porque cuando hay ley, hay futuro.
DE TAROT Y ADIVINANZA
Y en torno al ridículo que hizo ayer el “caído” a bordo de un colectivo de la ruta 1 con el UNO, que no sorprenda que siga quedando como un tonto, porque ya le comentaré la burda osadía que libró con la síndica Emma Orantes. De risa y también absurda estrategia que pretende burlar la inteligencia del gobernador ERA y de su gabinete… Servidos.
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