La juventud de Jorge Guadalupe Pérez, asesor educativo, y el deseo de superación de Antonio Solórzano, hombre de la tercera edad, rompieron la barrera del analfabetismo.
David Solís/Ultimátum
VILLAHERMOSA
Aunque algunas décadas los separan en edad, el mismo tiempo los colocó en el momento y lugar correctos para romper esa barrera, es la historia de Antonio Solórzano Nambo, persona de la tercera edad quien gracias a las asesorías que le brindó el joven preparatoriano Jorge Guadalupe Pérez Zapata, como parte del Movimiento Nacional para la Alfabetización y Educación (MONAE), logró concluir su primaria y ahora va camino a seguir sus estudios de secundaria en el Instituto de Educación para Adultos de Tabasco (IEAT).
Años de experiencia y el ímpetu de la juventud se dieron la mano en esta historia de éxito, cuando Jorge Guadalupe supo que podía realizar su servicio social como asesor educativo del IEAT no lo dudó ni un instante y se acercó a las oficinas del CBTIS 249 del municipio de Tenosique, donde realiza sus estudios de bachillerato, para pedir informes y sumarse lo más pronto posible a la noble tarea de compartir sus conocimientos con las personas menos favorecidas en cuestión educativa.
Una vez capacitado por el IEAT en el Modelo de Educación para la Vida y el Trabajo (MEVyT), se le canalizó para iniciar con esta experiencia de vida que lo llevó a conocer a don Antonio, persona de la tercera edad, habitante del poblado Rancho Grande, a quien asesoró en sus estudios de primaria.
“Yo le llevé el apoyo hasta su casa, aquí su humilde servidor se siente orgulloso de usted, don Antonio, porque a pesar de su edad tiene el anhelo de estudiar”, fueron las emotivas palabras que Jorge Guadalupe expresó al ahora egresado, al momento de recibir su certificado, a quien motivó a continuar con su propósito de concluir su educación básica, pues la edad no es impedimento para la superación personal.