ARMAGEDÓN
Alfredo A. Calderón Cámara/Ultimátum
“Al que deban
respeto,
muéstrenle respeto;
al que deban honor,
ríndanle honor”
Romanos 13:7
“Por esta realidad y por muchas más, son cinco años en los que la incertidumbre se apodera de la sociedad y en la que los líderes políticos no atinan a encontrar los caminos de certeza y de confianza de todos”. Palabras de Amet Samayoa Arce, director de Ultimátum Chiapas que retumbaban en el salón perfectamente confeccionado y organizado en el quinto aniversario de Ultimátum Chiapas, esfuerzo que encabeza pleno de intelectuales, editorialistas, columnistas, reporteros y demás equipo, todos comprometidos de un proyecto que a cinco años se deja sentir como una generosa e impostergable realidad
Estaba hablando y lo sabía, frente a un México y un Chiapas distintos, sin desaliento ni temor, miraba a todos e hilaba un discurso que narraba sólo la inexorable realidad donde el entendimiento es nítido, las palabras se escuchan, los hechos convencen; Ultimátum Chiapas a cinco años había dado honor a la palabra y con hechos había convencido, cinco años donde todo ese equipo de valientes había exhibido ante la sociedad el abandono oficial, la corrupción y la ineficiencia, narrando día a día una historia llena de testigos
Samayoa Arce no jugaba a ser periodista, había sido, era y sería periodista, tenía la sangre que corría por sus venas manchada de tinta, sabía lo que costaba cada letra, cada palabra que llegaba informando a la sociedad; por eso, desprendido, reconocía el esfuerzo diario de sus pares y decía: “Formamos parte de esta generación de hombres y mujeres que estamos empeñados en construir una sociedad de libertades y de igualdad, de respeto por la ley y de combate a los abusos. Reivindicamos la libertad de informar y el derecho de la sociedad a estar informada”
Entendía en cada palabra que en esos cinco años Ultimátum Chiapas había visto y dado voz al rostro gris, árido, adolorido de miles de chiapanecos, de constante agonía de una floreciente, pero tierra desahuciada de los más pobres, de esos cientos y miles de paisanos que a diario viven en la miseria, una irritante realidad bajo una agónica y dolorosa conciencia. Ese era al trabajo de todo ese amoroso equipo donde se contaban: sus más preciados tesoros, amadas hijas Jassia y Nilse
Reconocía a toda la familia, sus hijos y nietos. Todos unidos desde aquel 24 de julio del 2017; por ello, la ocasión ameritaba reconocer el esfuerzo unificado: “todos hemos dado testimonio de los hechos que día a día, minuto a minuto van construyendo una época que estará marcada por pandemias inesperadas, guerras inútiles, amenazas a la democracia, violencia generalizada, irracional polarización, esperanzas perdidas, sufrimiento y rendición”. Dejando constancia del valioso esfuerzo de todos ante la adversidad de los tiempos; por ello reseñaba: “Censuramos no solo el desdén, también la postura cuestionante y de asechanza a la prensa”
Destacaba la compañía afectuosa de entrañables amigos como Plácido Humberto Morales Vázquez, por sus artículos de alto nivel intelectual al igual que las opiniones vertidas de José Antonio Molina Farro, ambos servidores públicos y de privilegiadas entregas periodísticas. Ubicaba ese día de manera pulcra: era un día de tiempo de encuentros, de sueños cumplidos, de sorprendentes contrastes y de impensables sucesos para todos los que han formado esa fraternal familia Ultimátum Chiapas. Entregaba reconocimientos, de par a par, de periodista a periodista que son los que más valen, se sienten y dejan huella
Emotivo Amet Samayoa daba gracias a Dios por la oportunidad de estar unidos y reunidos esa mañana, generoso reconocía y apreciaba el esfuerzo a quiénes llevaban la representación del equipo que hacía posible Ultimátum Tabasco, un puñado de periodistas tabasqueños enamorados de su profesión por más de 30 años. No dudaba en ubicar la esencia cambiante de los tiempos al decir: “Ha sido un lustro de cambios constantes… En tan solo estos cinco años la vida ya no es, y no será como lo fue; porque nada es igual”
Por ello, apreciaba la llegada desde Tabasco de parte del equipo editorial de Ultimátum Tabasco para unirse a la celebración, daba la bienvenida al subdirector Eugenio Hernández Sasso, al aguerrido periodista, Alberto Zavala Franco y los columnistas: Guillermo Hübner, Pepe Zurita y Alfredo A. Calderón. Estaba feliz, había preparado todo, un festejo con elegancia y distinción, a la altura de sus invitados: familiares y periodistas, porque para Amet Samayoa hasta para hacer el festejo del aniversario, se tiene que hacer como se hace el periodismo, se tiene que hacer cómo durante cinco años lo ha hecho Ultimátum Chiapas: dando honor a la palabra…
EL SEPTIMO SELLO
La felicidad de Amet Samayoa no le impedía ubicar tiempos y circunstancias sobre la realidad nacional ante tanta muerte innecesaria de periodistas; por ello decía: “Aquí me detengo y acentuó con preocupación, pero más con indignación. Hemos dado cuenta y denunciado el inaceptable ataque a los medios de comunicación, los asesinatos de los compañeros periodistas y las amenazas a quienes realizamos el noble e indispensable trabajo de comunicar”
LA SEPTIMA TROMPETA
No retenía su misión comunicadora, sino añadía: “Desde cualquier perspectiva rechazamos, el malvado y criminal ataque a la libertad de expresión y condenamos las agresiones que nuestros compañeros periodistas han sufrido”
LA SEPTIMA COPA
Recogía y dejaba en el ambiente, el coraje y sentir de todos los periodistas presentes: “Exigimos investigaciones reales apegadas a la ley y castigo para los verdaderos culpables, no para los chivos expiatorios. Alzamos la voz porque no estamos satisfechos por la impunidad manifiesta que nos ofende, nos duele y cala hasta el tuétano”. A sus órdenes al teléfono 9931925625
alfredocalderon1960@gmail.com