Nadie sabe a ciencia cierta lo que planea Morena en el futuro inmediato, pero lo que sí fue una realidad es el “cochinero” en el que se convirtió la elección interna de delegados, pues las viejas prácticas de acarreo, taqueo y robo de urnas fueron, entre otras, las más evidentes irregularidades.
En Tabasco el secretario de gobernación Adán Augusto López Hernández, y el titular de Fonatur, Javier May Rodríguez, se disputaron prácticamente el poder con la mayoría de los 60 delegados que a la postre se convertirán en el Consejo Político estatal. En la medición de fuerzas los operadores políticos echaron mano de todo, lo importante no era el cómo, sino que sus candidatos ganaran con mayoría de votos para lo que pueda presentarse más adelante.
En Cárdenas, por ejemplo, se dice que los integrantes del equipo del diputado local, Euclides Alejandro Alejandro, no solo se robaron las urnas cuando vieron que el equipo contrario ya le había ganado ventaja, sino que también soltaron disparos de arma de fuego para espantar a quienes no están acostumbrados a la violencia. Así se vivió el proceso interno de elección de delegados, fue como quien dice un ensayo de lo que va a pasar en el siguiente proceso para nombrar al nuevo presidente del Comité Ejecutivo Estatal de Morena, donde Pedro Hernández Jiménez dejará el cargo y lo ocupará una mujer.
La información que se ha filtrado señala que la candidata de “línea” es Tey Mollinedo Cano, ex alcaldesa de Teapa y ahora también ex delegada del CEN de Morena. Sin embargo, también están en la pelea Lorena Méndez Denis, esposa de Javier May, y Yolanda Osuna Huerta, presidente municipal de Centro e integrante del equipo de Adán Augusto López. Muchos dan como un hecho que la ex alcaldesa de Teapa, Tey Mollinedo Cano, será la nueva dirigente del partido de Andrés Manuel López Obrador en Tabasco. Lo cierto es que tanto los grupos de poder como los aspirantes a presidente y secretario general “velan armas”, una vez superado los “estragos” de la elección.
También existe la hipótesis de que todo es un “circo” para disimular la imposición que se hará en la dirigencia estatal, porque quien llegue al cargo será nada más y nada menos quien opere la designación de candidatos al gobierno del estado, senadores, diputados federales y locales, así como alcaldes y regidores en el proceso constitucional de 2024. Entonces, la dirigencia estatal de Morena en Tabasco no es un “carguito” menor, es la cereza del pastel que se habrá de repartir en el futuro. El problema es que los dos equipos más fuertes, el de Javier May y Adán Augusto López, lo que menos quieren es compartir el postre.
Habrá que ver el desarrollo de las cosas de aquí al 15 de agosto que dejará la dirigencia actual Pedro Hernández Jiménez, y también habrá que ver si la división se marca aún más con la “cascada de impugnaciones” que advierte el fundador de Morena, Enrique Morales López, o, en función de llegar fortalecidos al 2024, le dan “borrón y cuenta nueva” a todos los agravios y se unen.