Es una sensación de bienestar, alegría y gozo, sin embargo, existe una contraparte que es el dolor, tristeza, duelo y depresión que, en casos extremos, puede llevar incluso al suicidio
Damián Montes/Ultimátum
TGZ
El amor es una sensación, de bienestar, alegría y gozo, sin embargo, existe una contraparte que es el dolor, tristeza, duelo y depresión que, en casos extremos puede llevar incluso al suicidio
ES UN PROCESO QUÍMICO
Elda Leticia Pérez de la Cruz, psicóloga terapeuta familiar con más de 20 de experiencia da a conocer que, el amor o el proceso de enamoramiento tiene una explicación científica y no ocurre en el corazón, ni en el estómago, se forma y desarrolla en la corteza cerebral. Además, asegura que, el bienestar y el dolor son partes de este proceso, que puede ocurrir en varias ocasiones en una misma persona.
Desde el punto de vista bioquímico, el enamoramiento comienza en la corteza cerebral, posteriormente pasa al sistema endocrino y se transforma en una respuesta fisiológica y en cambios químicos originados por la segregación de dopamina en el hipotálamo Sobre este proceso la ciencia expone que, la primera etapa del amor es el deseo que surge como una atracción física, el cual depende de características tales como simetría de la cara y dimensiones corporales proporcionadas, los dos compuestos químicos que surgen es esta etapa son las hormonas sexuales (testosterona y estrógeno) y feromonas.
Mientras que, la segunda etapa del amor es el enamoramiento o atracción la cual puede tener muchos síntomas como la pérdida del apetito, dificultad para conciliar el sueño, sudor en las manos, mariposas en el estómago entre otros, todos estos síntomas se deben a los compuestos químicos llamados monoaminas que aparecen en el cerebro los cuales son la dopamina, la serotonina, la feniletilamina y la norepinefrina. La última etapa es el apego, en esta última fase del amor sentimos calma y estabilidad con la otra persona y está dirigida por la oxitocina, vasopresina y la endorfina, al tener niveles altos de oxitocina y vasopresina hace que con el tiempo la sensación de apego crece mientras que la locura apasionada del amor decae.
La especialista expone que, es común que, en esta etapa, las personas no suelen ver los defectos de la pareja, existe un proceso conocido comúnmente como “atontamiento”, por el amor, es algo común que al paso del tiempo esto vaya desapareciendo y se den problemas entre las parejas.
TIENE TIEMPO DE CADUCIDAD
“Cuando estamos enamorados, estamos en una sensación de bienestar, nos sentimos felices, pero esto tiene un proceso de caducidad, no es para siempre, después de esto la relación entra en otra etapa conocida entre las parejas como ‘enseñó el cobre’”, o que ya no es tan perfecta la pareja. La química del amor expone sobre este punto que, el verdadero enamoramiento parece que sobreviene cuando se produce en el cerebro la feniletilamina que tiene la capacidad de aumentar la energía física y la lucidez mental, el cerebro responde a tal compuesto con la secreción de dopamina, norepinefrina y oxitocina provocando que la pareja pase horas haciendo alguna actividad sin cansancio alguno.
El periodo de enamoramiento dura aproximadamente de 2 a 3 años, pero, al final la atracción bioquímica decae ya que con el tiempo el organismo se va haciendo inmune a los efectos de estas sustancias. La química también interviene cuando la persona se siente atraída sexualmente, su cerebro envía una señal química a la hipófisis provocando la liberación de hormonas sexuales y en consecuencia la respiración aumenta 30 ciclos por minuto, la sangre se alborota y acumula en sitios como los labios, las mejillas y los órganos sexuales, el ritmo cardiaco aumenta hasta 100 pulsaciones por minuto. Los narcóticos del amor son: Feniletilamina (C8H11N), Dopamina (C8H11NO2), Adrenalina (C9H13NO3), Noradrenalina (C8H11NO3), Norepinefrina (C8H11NO3), Serotonina (C10H12N2O), Endorfinas (POMC), Oxitocina (DHICA), Vasopresina (ADH).
LA OTRA CARA DE LA MONEDA
Pérez de la Cruz expone que, una ruptura amorosa, indudablemente conlleva al dolor, sufrimiento, duelo, depresión y otros trastornos mentales. Cuando la relación de pareja se rompe, se involucran ciertas sustancias químicas; el nivel de feniletilamina se derrumba y el cuerpo experimenta una especie de “síndrome de abstinencia” que coincide con el ansia de comer chocolate (rico en feniletilamina) que siente mucha gente tras una ruptura. Existe el “mal de amor”.
“Es un proceso de duelo, de adaptación, de cambio con la pérdida de algo. El duelo puede tener diferentes intensidades, si pasa por un engaño, si hay muerte de la pareja, entre otras cosas”, comentó. En casos extremos, puede llevar a la depresión, y esto a querer atender contra la propia vida, “pero hay personas diferente en este sentido, hay diferentes intensidades del duelo, el problema es que las personas minimizan este tipo de cosas”. Es por ello que, la sensación de “corazón partido” es real y tiene que ver con la neurobiología, pero también con la pérdida del gozo absoluto. Durante este proceso se producen cambios dramáticos en el cerebro que tiene que ver con un área llamada el córtex cingulado anterior.
Expone que, la frase trillada “el dolor es opcional”, también puede ser relativa, aunque es necesario buscar ayuda profesional, pues el tema del mal de amor puede conllevar incluso a enfermedades físicas. Aunque todo este proceso-considera-, no es suficiente para que el ser humano no lo vuelva hacer, pues es común que, los hombres se enamoren muchas veces, repitiendo este ciclo y dolor en incontables ocasiones.