El fenómeno de la gentrificación
ENRIQUETA BURELO/ULTIMÁTUM
La gentrificación comenzó en los cincuenta del siglo XX y hoy es uno de los fenómenos urbanos más extendidos por todo el mundo. Surgió cuando la socióloga germano-británica Ruth sociales de ciertos barrios de Londres, tras remodelarse las viejas casas victorianas. Gentrificación es un deteriorada, que provoca un desplazamiento paulatino de los vecinos empobrecidos del barrio por otros de un nivel social y económico más alto. Cuáles son los problemas que causa la gentrificación, uno de ellos es que aumenta el precio del suelo y de las rentas mensuales, lo que provoca que los antiguos pobladores de la zona tengan que emigrar a otros espacios de la ciudad, al no poder enfrentar el alza de los precios.
En un proceso casi automático, se ha despojado al barrio, al municipio, de las actividades que lo convirtieron en un lugar especial. La gentrificación también despoja a los pobladores que lo hicieron especial. En poco tiempo el bravo barrio de Tepito desaparecerá del mapa de la ciudad de México, situado en una zona urbana cercana a oficinas de gobierno y empresas privadas donde trabaja un alto porcentaje de la población que habita el territorio de la ciudad de México, almacenes, zona de restaurantes de lujo y espacios recreativos, se ha comenzado la construcción de mordernos edificios que han desplazado las modestas vecindades, que serán habitados por familias con mayor poder adquisitivo, hoy Tepito ha adquirido un nombre mas aristocrático Reforma Norte.
Ante este fenómeno se plantea un gran reto. Proteger a la población local, sus modos de vida y los valores culturales y patrimoniales que atesora. Se trata de una tarea esencial en la que los arquitectos, urbanistas y gestores patrimoniales tienen una gran responsabilidad, ya no tendremos el mercado de calzado en La Lagunilla, de ropa barata, o juguetes para el Día de Reyes, libros de segunda mano. La Perla Tapatía, tampoco se ha librado de este fenómenos, un caso representativo de estos funcionarios activistas es el de Mario Silva, exmiembro del Colectivo Ecologista de Jalisco y conocido activista probici; nombrado Director de Movilidad del Ayuntamiento y, haciendo uso de su cargo, impulsó el programa “Banquetas libres”, plan para la recuperación ciudadana del espacio público, pero cuya acción más espectacular fue, paradójicamente, la violenta expulsión de vendedores ambulantes del centro de la ciudad; una acción enmarcada en la lógica del “neohigienismo urbano”, ideología a partir de la cual se justifican los , la expulsión de vendedores ambulantes no es un suceso que solo ocurre en Guadalajara, es un hecho que se reproduce en ocasiones a petición de la ciudadana , ya que no podemos negar que en obstruyen el paso por las banquetas, sin embargo, en un país con pobreza extrema y pocas opciones de trabajo, se deben diseñar planes que ofrezcan opciones para que quienes se dedican al ambulantaje puedan trabajar de manera segura sin ser victimas de coyotes o extorsiones o hasta golpes.
Cuando una zona es atractiva y concentra condiciones de infraestructura, servicios, conectividad con redes de movilidad, equipamiento urbano y espacios públicos, es común que se presente la gentrificación, como en las colonias La Roma, La Condesa, Juárez, etc. Debido a que es más fácil vivir y convivir, hoy esta sucediendo con la Santa Maria, que se propone sr otra Condesa.
El pueblo de Val’Quirico (Tlaxcala, México), también se incluye dentro del proceso de gentrificación rural. De tipo europeo medieval, es un espacio rural en el que coexisten elementos propios de los residenciales cerrados, los centros comerciales y los enclaves turísticos. En un artículo publicado por Fermín Ledesma en Chiapas Paralelo, cita como este proceso de gentrificación ha afectado el centro de la capital del estado de Chiapas, el geógrafo francés Claude Bataillon (1997) cuando se refiere a los centros urbanos afirma que “el corazón de la ciudad, en general muy fuera de orden, refleja el grado de modernización, así como los riesgos de iniciativas audaces o devastadores de los sucesivos ediles.
El modernismo se concentra en los supermercados, las oficinas, los estacionamientos por pisos.” Paradójicamente, en este primer anillo de la ciudad ocurre un proceso de invasión- exclusión, entendido como una forma de apropiación del espacio por parte de inversionistas y comerciantes, quienes provocan toda expulsión posible de la población que tradicionalmente ocupaba las viviendas de adobe de los barrios del centro histórico de la ciudad. Como medida transformadora, las viejas familias del centro han sido convertidas en migrantes dentro de su propia ciudad, pues fueron enviadas a “colonizar” los nuevos territorios urbanos-rurales como El Jobo, Copoya, San Fernando y Berriozábal, etc., o que mejor, los archipiélagos carcelarios bajo la máscara de una boyante nueva sociedad tuxtleca, o, mejor dicho, en el Nuevo Tuxtla, pues el centro está agotado.
A su vez, la migración ha dado paso al desplazamiento hacia las nuevas zonas periféricas urbanizadas, donde no solo el clima “es favorable” sino el mercado de tierras ejidales ha resultado de bajo costo, dando paso a una sociedad neorural, que valora el medio ambiente periférico, pero que se desenvuelve en la ciudad. A su vez, la migración ha dado paso al desplazamiento hacia las nuevas zonas periféricas urbanizadas, donde no solo el clima “es favorable” sino el mercado de tierras ejidales ha resultado de bajo costo, dando paso a una sociedad neorural, que valora el medio ambiente periférico, pero que se desenvuelve en la ciudad. Por otra parte, no han escapado de este proceso agencias municipales que hasta hace poco tiempo fueron ejidos como Terán y Plan de Ayala.
Surge la pregunta ¿Por qué queremos vivir todos en la centralidad? No es por una mera cuestión de estatus, sino también es porque hay una mejor calidad de vida al vivir en la centralidad, donde nuestras relaciones laborales, personales, escolares e incluso sociales llegan a desarrollarse de mejor manera. enriquetaburelomelgar@gmail.com
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